Hoy, miento, ayer sí, ayer nació otro sueño.
Menuda cosa dirás.
Menuda cosa dirás.
Pero debes entender que, para un aprendiz de escritor que se pone a ello con mi edad, concebir una historia no es moco de pavo; y más. Cada minuto que pasa se agranda, se va convirtiendo en real. Nunca dejará de ser un sueño, una ilusión, pero (por eso me gustan) las palabras darán a luz una realidad. Es lo que tiene ser paciente y escribir todos lo días un poquito, aunque sea como esto, inútil para alguien que no sea yo.
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