jueves, 27 de diciembre de 2007

Frases publicitarias

Tienes derecho a Internet (ORANGE), pero también tienes que tener 34,95 € al mes.

Nuevas JUANOLAS, ... como las de antes. ¿En qué quedamos?

Las razones de un escultor del aire (BMW). Como si son de un pintor del agua.

Un gran banco que hace Fresh Banking (ING), en los del Retiro y en invierno hace más fresco.

No es lo que tengo, es lo que soy (VICEROY), por eso sale quien sale en el anuncio.

Mahou sabe a Liga (MAHOU). ¿A trapo, a goma?

Pu pum (VODAFONE). Pues pu pum.

¿Cómo se plancha el lino? ¿Cómo se plancha la lana? ... (?). Vaya familia de desmemoriados.

martes, 25 de diciembre de 2007

Una historia sobre Navidad

La Navidad, después de cincuenta y dos vividas y cuarenta y cinco recordadas, la adivino famélica, deteriorada. Ya, ni me molesta que llegue. Fue, hace ya tiempo, la primera vez que comí pollo, fue cuando me estrené con el anís y la sidra (achampañada decíamos). Antes, los juguetes (cuatro o cinco en toda una infancia) me quitaron el sueño; más tarde fue el poder estar una noche sin dormir y fuera de casa, no haciendo nada. Y después la novia y el ferviente deseo de estar juntos, al menos una noche, aunque fuera vieja. Antes en Nochebuena no se salía, era una fiesta familiar (sigue siéndolo), exclusivamente familiar, y, además, la tele (para quien la podía ver) era una novedad. Otra que ha perdido comba. Casado nunca celebré estas fiestas. Eso sí, mientras mis hijos fueron pequeños pusimos en casa el belén, escenificación que terminaba por llenarse de muñecos de Reyes anteriores. Creo que lo peor en estos casos es no sentir nada, la indiferencia. Oír que un obispo o cardenal va a cenar capón de pata negra ya no duele, ya no mueve a la crítica. ¿No tiene, como cualquier ser humano, derecho a beneficiarse de lo que le rodea? ¿No tiene, como cualquier católico, derecho a celebrar el nacimiento de su Dios? Me ha costado entenderlo, pero hoy lo comprendo. De la misma forma que me entiendo yo, aprovechando de la vida aquello que me ofrece. Si los deseos de Paz y de igualdad se multiplican en estas fechas, también es verdad que cada vez vuelan más altos, más cerca de la estratosfera que de la litosfera; incluso a estos sueños, y a otros de características similares, les tacharía de anoréxicos. ¿Qué ocurriría si un año nos saltáramos estas fiestas? ¿Lo aguantaría Santa Economía? ¿Echaría alguien de menos a Jesusito de mi vida? Ya, en aquellas Navidades, en las primeras que recuerdo, no tenía de nada, pero me sobraba de todo. La Navidad ya no es una causa, es una excusa, es un motivo y una disculpa para olvidar el año pasado, entre cenas con compañeros de trabajo, entre amistades y familiares. Este es el mundo en el que vivo, pero no todos viven en él. Es este el mundo que me gustaría cambiar y por el que no hago nada, excepto reconocerlo. Incluso he reducido el concepto de mundo para separar el otro, el que no tiene (quizá) arreglo, en el que otras personas luchan a diario sin esperar a los faustos ecuménicos. Hoy, la Navidad la viven otros, a su forma (libres son de hacerlo); se lo merecen también, porque también luchan a diario contra el fracaso escolar, el fracaso laboral, el fracaso personal y el fracaso de una sociedad globalizadora que no engloba a todos. Yo, por mi parte, sigo con la secuencia de días normal, con el fracaso del inoperante, del bocazas, del que se queja y no actúa, del que compone canciones sobre la igualdad para diferenciarse económicamente de los demás. También tengo ese derecho. Todos tenemos derechos.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Dicen que lo que no interesa se olvida

Estoy preocupado.
Nada importante, pero… Veréis.
Ayer quise hacer un experimento: ¿Qué se siente después de estar 6 horas delante del televisor sin levantarte ni dejar de mirar y escuchar?
Tras el maratón televisivo acabé llorando. Junto a la sal de mis lágrimas, mis ojos vertieron 152 anuncios de perfumes. Quizá por ello los tenía tan irritados. Lo que me preocupa es que no me acuerdo de nada de lo que vi. Solo recuerdo vagamente la sensación de estar en otro país, pero solo durante los anuncios.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Aprenda idiomas viendo tele


Sobre todo, fíjese en el deje.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Sobre los sueños

Que todo el mundo tiene sueños es algo sabido.
Que unos son confesables y otros no, también.
Que aquellos que ocultamos nos acercan a la miseria es una idea particular.
Que todos los animales sueñan, lo dicen los científicos.
Que los mejores son los que no se cumplen, es una opinión manipuladora.
Que los sueños son libres es una realidad.
Que sueño y realidad van unidos de la mano, también.
Que los sueños se conviertan en pesadillas es una posibilidad.
Que la locura es una manera perenne de luchar, es una definición romántica.
¿Pero no vivimos todos un sueño?

jueves, 20 de diciembre de 2007

El conejo de Solbes

Si Pedro Solbes fuera una cantante famoso, como Miguel Bosé, marcaría tendencia. Pero este estudioso alicantino no pasa de ministro. Así, su consejo, afortunado o no, sobre que los españoles le demos al conejo estas Navidades, no ha surtido el efecto por él deseado, sino otro: los humoristas se han cebado con el conejo de Solbes, sin tener en cuenta, eso sí, el de la Loles. Para una vez que un gobernante se preocupa de nosotros, le pagamos así.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Jiménez Losiento

Hoy he pasado por la librería (tienda donde venden libros). En la estantería donde los libros más vendidos se ordenan y publicitan, he descubierto uno de Jiménez Losiento. No es que sea noticia (para mí) que este pollo escriba, todos tenemos derecho, aunque no cualidades morales. La noticia me ha llegado al ver que hay gente que lo compra. Hay terroristas de la vida, terroristas de la muerte, terroristas de estado, etc., y también los hay de la palabra. Estos últimos necesitan de individuos que les oigan (lean). No pensaba yo que hubiera tanto demócrata sordo o tanta persona democráticamente teniente. Comprar un libro debería ser un acto de libertad y no de afirmación de intolerancias e insultos. Y no hablo del libro, que autores más dignos tengo yo apartados y olvidados, sino del personaje, del autor. Leer a este tío, intuyo y prejuzgo, debe ser como leer al autor de Mein Kampf (Mi Lucha).

martes, 18 de diciembre de 2007

Cambios


A los hechos me remito

El sábado pasado, día 15, leí en el periódico este titular: "EL CONGRESO INTENTA CONTROLAR LOS INTERROGATORIOS DE LA CIA". Sin comentarios.

Nota:- Ha de notarse que EEUU presume de país más demócrata del planeta.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Y ahora

Y ahora, que ando cerrando los grifos por donde la rutina anegaba mis voluntades, se me hace más costoso el vivir. Pero bendito precio sea éste, el de pagar con decisiones y dudas el andar más suelto de corazón, más torpemente ágil y una libra más libre. Y recuerdo con amargura la luna rota en el cielo de mis sueños, la angustia de un puñado de euros debidos, la hora ya pasada sin que yo estuviera donde debía, el cúmulo de besos no dados en el cielo de tu boca, la esperanza perdida entre los años invertidos en ir sin saber que venía. Y ahora siempre es momento, siempre estoy, siempre es siempre y nunca cuando yo quiero.

domingo, 16 de diciembre de 2007

viernes, 14 de diciembre de 2007

La alimaña

Nada, no le dejaba ni a sol ni a sombra.
Daba igual la hora que fuera.
Donde él iba, ella detrás.
Tenía el cuerpo repleto de sus cornadas.
Sólo se alejaba un poco cuando llegaban los del camión con la luna roja, como si les temiera.
También recordaba Mubunwa que, cuando los soldados con cascos azules habían hecho su aparición un amanecer en el poblado, ella desapareció hasta la mañana siguiente.
Cuando era niño, cuando el río servía para todo, nunca apareció. Ahora, que todo era un sequedal, su perseguidora campaba a sus anchas por la aldea. Debía alimentarse de la nada, como él, como todos sus vecinos; pero a ella la alimentaba, cada día era más fuerte y ellos más débiles.
Ver morir a los niños entre sus garras era desolador, pero el propio miedo, el instinto de conservación, las raíces a las que se agarraba le mantenían en pie. Pero Mubunwa sabía que tarde o temprano le atraparía, le dejaría exhausto, sin fuerzas para seguir viviendo. Era cuestión de días, como mucho de semanas. Su ataque se había producido ya, lento, pero imparable. Por más que habían danzado, cantado, orado u ofrecido a los dioses, éstos se negaban a regar la tierra desde hacía ya muchas lunas. El brujo mantenía la tradición, pero ya cantaba solo ante los restos de una fogata consumida, solo recordada por la mancha negra en el suelo, a los pies de un hombre que hacía por hacer los ritos de sus antepasados. Una noche, su última noche, el brujo llamó a Mubunwa. “Ven” le dijo. Y Mubunwa le contestó con la mirada; “¿Para qué?”. “Para morir juntos”. “Entonces sí”. El hambre se acercó y los terminó de envolver.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Las pausas televisivas

Allí donde las raices no sirven (cuento breve)

Toda su vida con él.
Él, por el contrario, ya había conocido y disfrutado de otras.
No había pasado un solo día sin que le acompañara a comer. Difícil, tal y como se desarrolla la cotidianidad hoy en día, pero verdad.
Sentía gratamente haber echado raíces con él y en él.
En esos momentos ‘espirituales’ en los que ella disfrutaba del recorrido de la punta de su lengua por su cuello, se sentía una reina por un instante, con corona y todo. Eran las ocasiones en que su intimidad era más íntima.
Esas húmedas caricias, sumadas a las que él la dedicaba, con un cepillar cariñoso y ‘sabrosón’, constituyeron, casi a diario, los momentos más placenteros de su existencia. Notar el cepillo, junto a la espuma, y revivir, era todo uno. La ducha posterior también favorecía esas buenas sensaciones.
Durante su rutinario trabajo también había disfrutado lo suyo, a pesar de ser poco creativo. Notar como su granito de arena servía para perfeccionar aquellas bolas, la había llenado de orgullo. Pero, hete aquí, que ese mismo laborar, tan fortalecedor en otros tiempos, había llegado a ser, también, el principio de su cercano fin.
Con los años llegó a tomar ese color característico de chinos y japoneses que, partiendo del blanco, se traduce en amarillento, por lo que los occidentales confunden fisonomías y semblantes. Bien es verdad que, en su caso, no solo se liaban los de occidente, también los orientales caían en el error de tratar a unos por otros y viceversa. La degradación tonal fue paulatina. Sin prisa, mas también sin pausa.
El tabaco, los dulces, la errónea alimentación, esas comidas fuera de casa, ese hurgar de él, tan insistente como molesto, etc., habían hecho mella en su cuerpo. Y llegó lo irremediable: su intervención. Hubieron de vaciarla, con lo que eso conlleva para una hembra. Pero ella siguió allí, como una luz al final del túnel. El de la bata blanca y guantes de látex, quedaría grabado en su memoria a fuego: la anestesia, el forzado sueño, el despertar, con sus palpitaciones…, todo. Incluso aquel ruido característico de la sala de operaciones. Quizá, esos recuerdos barruntaban posteriores problemas ya llegados.
Eso, sí, después de aquello nunca volvería a ser la misma, como es natural por otro lado y como a todos nos hubiera pasado. Lo único positivo fue que los nervios desaparecieron.
Pero tampoco había presumido, en ningún momento, que iba a durar tanto en aquellas condiciones tan antinaturales. Cierto era que nadie había pronunciado la fatídica palabra, el odiado vocablo que comienza por C y que definía a la perfección su enfermedad. Era consciente de que ‘aquello’ la corroía, que terminaría matándola, como a tantos otros y otras. Aquello no tenía remedio…
Jamás se había sentido tan sola. Sus vecinas habían ido desapareciendo: las de arriba, las de enfrente, las más cercanas…, incluso ellas. Sí, ésas a las que siempre la habían unido lazos que parecieron en su momento indisolubles. La inexperiencia distorsiona la visión de nuestro futuro. Solo aguantaban las más lejanas, pero aquellas en las que se apoyaba, hacía mucho que habían desaparecido, produciendo un hueco irreparable a su alrededor. Incluso aquella otra, la más joven, la del juicio, ella también había claudicado. Y había desaparecido, quizá por eso mismo, por haber irrumpido así, jovial y de improviso, pero ocupando un lugar que no le correspondía, como llovida del cielo.
Sabía que no era cuestión de sexo, pero ellos, los unos y los otros, siempre los primeros defensores de las cavernas, habían aguantado mejor. Incluso esos paletos, que al poco murieron, y que curiosamente trajeron felicitaciones y regalos —¿cómo pudo ser?—, fueron sustituidos por estos otros más robustos y más paletos aun si cabe: brutos entre los brutos. Por ello, jamás se había explicado que a ellos se les comparara con perlas y otras joyas, mientras que para ellas sirvieran de referencia tanto los martillos de abatanar, como las muelas de molino. Increíble la diferencia de rasero, insoportable el machismo.
No era momento de comparaciones ni de lamentos sexistas, pero ella, al revés que aquéllos, nunca había abusado de su cuerpo, de sus funciones. Los machotes, como baldones de la rebeldía, habían dado mandobles a diestro y siniestro, sin mirar donde hendían sus aristas. Les había dado igual superficies duras, que finas y largas, que blandas como la miga de pan. Y allí seguían, al frente de aquel buque, como mascarones invertidos, entendiendo lo de invertidos en el sentido de ubicación, jamás de inclinación. Ella no entraba en lo moral, solo en lo material y pragmático.
Era irónico, pero aquella libertad que había empezado con meñiques movimientos, había terminado por cavar su tumba, al alcanzar hoy, casi una total libertad de movimientos. En esta nuestra sociedad, o te mantienes pegada a la poltrona, u otros llegarán que te arrancarán de donde has echado raíces. Eso lo había aprendido tarde, cuando ya todo era irreversible. En la era del plástico o del titanio, en una o en otra —tu poder adquisitivo te ubicará—, todo es reemplazable. Hasta lo más íntimo y natural. Todo se imita, todo se sustituye. Y tú a la calle, o lo que es peor, a la puta mierda. Lo que hayas aportado, tu esfuerzo, tu bien hacer, tu historia en definitiva, y la de los otros, a lo más que te da derecho es a acabar en una caja. Y eso, si tienes suerte, porque otros acabarán, como ella pensaba que le iba a pasar, en los estercoleros, eso sí, especializados. Aquí se especializa hasta el especial cuidado con el que te desprecian. En, fin, ser consciente de esta situación, tan desagradable como cuando masticas tierra entre pequeños moluscos, no es que la ayudara, pero la hacía comprender, al menos, que todo tiene su fin. Nada de lo terrenal es perdurable; ni los elementos más duros. Nada se resiste a lo que miden los relojes. Así, decidió aceptar su final: con dignidad y sabiendo que, en estos casos, tus raigones sirven de muy poco. Que fuera lo que él y el dentista quisieran. Tampoco el precio de su extracción iba a ser excesivo. Desaparecería humildemente, como vivió y masticó durante cuarenta largos años.

Es


miércoles, 12 de diciembre de 2007

El hombre del futuro

Y 6
(Pido disculpas a quien haya defraudado)

martes, 11 de diciembre de 2007

lunes, 10 de diciembre de 2007

Sobre el vertido tóxico en los mares

Leyendo algunas noticias, que me evocan otras similares y anteriores, me viene a la cabeza Tomás de Aquino. Creo recordar que tuvo un sueño (cuentan) en el que se veía (él o un niño) en una playa tratando de vaciar de agua el mar. Quería meterla en un hoyo que había hecho. La moraleja era que eso es tan factible como que él entendiera a su Dios. A mí me pasa algo parecido cuando veo que el hombre (indeterminado animal) trata, si no de vaciar los océanos, sí de llenarlos con petróleo; me es inconcebible, me supera.

El hombre del futuro

Entrega 4 de 6

domingo, 9 de diciembre de 2007

Las medallas

La verdad, a mí las medallas (de todo tipo) me traen al fresco. Pero me pregunto qué pensarán las personas de 65 años o más, jubiladas, que estuvieron en el tajo 47 años (o más), y actualmente intentan vivir con 500€ (o menos), cuando se enteran de a quien han otorgado la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo. Entre otros Jesús de Polanco (a titulo póstumo), Forges, Rafael Azcona, Amparo Baró, etc. Y no es que los citados no se la merezcan (ni lo se, ni soy yo quien para juzgar lo que no quiero juzgar), pero, entre los desconocidos, el único famoso es un soldado, los demás sólo contamos para seguir el buen ejemplo (?), no para darlo, ni para que nos reconozcan. Es ésta una excepción de la democracia en la cual una minoría, frente a la mayoría, sale beneficiada; aunque otros puedan considerar que, en vez de una singularidad, acaso sea un privilegio.

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El hombre del futuro

Entrega 3 de 6

sábado, 8 de diciembre de 2007

El hombre del futuro

Entrega 2 de 6 Recuerda, en la sexta entrega la solución.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Mentiras globales

Estoy seguro de que si preguntáramos a todo el mundo sobre su aspiración en él, la mayoría contestaría algo relacionado con la felicidad, ser feliz. Pero creo yo que esta es otra de las mentiras ecuménicas, como esa otra que oímos a nuestros dirigentes cuando hablan de nosotros y aquello que más les importa. Si no, no es posible que nos metamos en tantos berenjenales, de los que salimos a duras penas, salvo los que reciben un premio tipo Euromillones. Y aunque muchos (ojalá) me criticarán y defenderán que el dinero y la felicidad no tienen porqué ir de la mano (otra mentira universal), todos sabemos que un pelotazo de la ONCE nos haría felices. Y lo afirma un agricultor que teme más al dinero que a un nublao, y que razones tiene para ello. El dinero (el poder) debería estar racionado, que dispusiéramos de él sólo para huir de la pobreza, y no para regodearnos en lujos que únicamente alimentan nuestro ego y miserias.

El hombre del futuro

Entrega 1 de 6














...

Primera entrega de cinco. En la sexta, la solución.

martes, 4 de diciembre de 2007

El porqué de las anchuras de banda




¿Simplificación <> Simplonería?

Vuelvo sobre mi dedo, y lo hago porque me han preguntado por él en un correo electrónico. Al responder a la pequeña preocupación que ha suscitado la nimia intervención, he contestado con cierto humor de esta manera:

No, me lo mordido, pero solo un padrastro y se me ha infestado. Me lo sajé yo porque no aguantaba, pero no me limpié la pus bien. Ayer me lo "intervinieron" en el Centro de Salud. ¡Tío, qué dolor! Sin anestesia ni nada, a lo vivo. Vino uno enfermera a ayudar a Lourdes porque no podía conmigo. Luego al salir de la consulta, los que estaban esperando, rompieron a aplaudir y a darme vítores. Unos que si "¡TORERO!", otros que si "¡VALIENTE!". El caso es que salí por la puerta grande. Hasta los empleados de bata blanca se admiraban del tajo que me habían hecho; alguno, incluso, me hizo una foto con su móvil, aunque la pose, con el puño cerrado y el dedito herido estirado, no era la más adecuada. En fin, aquí estamos, convalecientes, a duras penas puedo escribir, ni fregar, ni cocinar, ni mene.... Pero, no te preocupes, hijo, de esta no heredas…

Y el mail me ha recordado aquello que me contaron y que divide a las personas en dos grupos, a saber:
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........... Los que van a comprar tabaco y parece que van a la guerra de Irak,
........... y los que van a la guerra de Irak y parece que van a comprar tabaco..
...
La división no sirve para nada, ¿pero sirve alguna de las agrupaciones mentales que hacemos?
......-Negros/Blancos (como si no hubiera amarillos, rojos, morenos, rubios, pelirrojos…)
......-Católicos/Árabes (y los budistas, y los judíos, y los hinduistas, y los …)
......-Ricos/Pobres (¿y la amplia gama que hay entre ellos? Necesitados, parados, hipotecados…)
......-Listos/Tontos (como si no hubiera políticos, o votantes, o aristocracia y realeza…)
......-Con móvil/sin móvil (¿y los que no tienen o no lo pueden mover?)
......-Peatones/automovilistas (y los ciclistas, los motoristas, los camioneros, qué?)
......-PePeros/Socialistas (¿cómo si no existieran personas que han fundado su propio partido con un solo afiliado, amén del resto ya fundados)
......-Españoles/Extranjeros (¿y los de las pateras, y los independentistas, y los ciudadanos del mundo…?
.....
La simplificación y la simplonería están siendo confundidas, y luego pasa lo que pasa.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Sensaciones paralelas

Hoy he ido al médico (médica, Lourdes) a que me recetara la tralla de pastillas habituales y me ha sajado un dedo. He tenido la misma sensación que cuando salgo de El Corte Inglés, vas a por macarrones y te traes un destornillador de estrella que había en oferta. De no ser porque me dolía el dedo (un huevo), y no el bolsillo, me hubiera parecido que Lourdes era una cajera.

¿Es trés el número de los niños?


sábado, 1 de diciembre de 2007

El suicidio del oso

Supongo que no soy el primero en suicidar al oso en el madroño, pero acaso sí lo sea en conseguir la carta que escribió al Sr. Juez, y por sentirme involucrado, la saco a plaza:


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Sr. Juez de la Audiencia provincial de Madrid, señor madrileño y señora madrileña:
.......... Después de traerme de aquí para allá como puta por rastrojo (que si te quito de aquí, que si te pongo allí). Después de leer los chistes del graciosillo este que se hace llamar Mendrugo. Después de lo que les están haciendo a mis primos los blancos, no sé... Y luego vino lo de no conseguir organizar las Olimpiadas para el 2012. No repuesto de estos disgustos, ni sintiéndome ya representativo de esta ciudad, junto con el madroño (que da menos frutos que una novena a la Almudena, o que el diálogo entre gobierno y oposición), madroño del que me cuelgo en esta capital, tan universal que asume todos los postulados para que el cambio climático sea irreversible, ya no aguanto más. Ya no sé qué carajo pintan un oso y un árbol en su escudo, la verdad. Solo espero no convertirme en un mito y que no me descuelguen de aquí en una docena de años, que es lo que esto os va a durar. ¡Ah!, y de pobrecito nada, que lo hago porque me sale de ahí mismo. Hala, que os den.


P.D. Por otro lado, aquí no hay quien respire, coño.


Nota:-En www.me.gov.ar/efeme/diaanimal/imagenes/oso.jpg, he conseguido la imagen del oso, después la he retocado.