jueves, 24 de mayo de 2012

Pan marroquí

—Ha vuelto mi hijo de Maruecos y te ha traído pan.
—A ved —me animó el rano con dudas sobre la veracidad del regalo.
—Mira —no se lo había enseñado y ya lo estaba masticando.
—Ummmmm, ¡Qué dico! —dijo con la boca llena— Pan madoquí. M’encanta, zobe todo loz boddez.
—O sea, que hoy no te hago comida, ¿no?
—Zí, hombe. El pan ez zólo p’acompañad.
—Depende del hambre que tengas —ironicé.
—Y de loz decudzoz —afirmó Erre C. A. con toda la razón—. ¿Y no ha taído nada pa meted en medio o pada pingad?
—Sí —mentí por ver qué pasaba.
—Poz zácalo. ¿A qué ezpedaz?
—Pero si son las diez y media de la mañana, y no hace media hora que te has desayunado.
—P’al hambe no hay hoda, Mendugo —volvió a acertar el rano.
—Pero para convivir cómodamente todos no viene mal mantener un horario.
—Bah, un día ez un día.
—Y dos el doble.
—Hay que selebad que tu hiho ha vuelto zano y zalvo.
—Ni que, en vez de vacaciones, se hubiera ido a la guerra.
—Antez oz bahábaiz al modo.
—Ahora no hace falta. En cualquier esquina puedes comprar cualquier cosa.
—La globalización...
—Eso no tiene nada que ver con la globalización.
—Ezo lo disez tú.
—Vamos, que fumarse el opio los chinos es de ahora.
—No, pedo ahoda lo puede compad un quío en el dequeo.
—Pero eso es consumismo y oportunismo. Y desde otro punto de vista fustración.
—Anda que antez el hiho d’un pezcadod ze shutaba...
—Es que ahora se vive, no se sobrevive. En nuestro mundo, claro. Tú eres un vivo ejemplo.
—Gasiaz pod lo de vivo. Pedo ez lo que Ede Se A conose.
—Para eso está la Historia. Pero la historia de los datos, no de las interpretaciones. ¿O acoso no sabes por qué a la prostitución se le llama el oficio más viejo del mundo?
—Yo queía qu’eda el de cosineda.
—En eso puedes tener razón. Pero entonces aqué será el segundo.
—Poz hablando d’ezte nambed guan, podíaz hased madmaón pada acompañad ezte pan tan dico.
—¿Marmaón?
  —Quizás tú lo conoscaz como cuzcúz.
—El cuscús lo he cocinado un par de veces en mi vida. Para mí es un plato complicado. Pero, desde luego, si lo hago no va a ser para acompañar el pan marroquí que tanto te gusta.
—Anda, ¿y pod qué?
—Porque ya te lo has comido, y yo no me voy a bajar al moro para traerte más.
—¿Zólo ha taído una todta? Pod vaya faena.








Imagen bajada de  www. theinternationaldubbank.blogspot.com

No hay comentarios: