—Sí, y los tetracampeones lo son por
tener cuatro tetas.
—Anda, ¿no?
—Pues no. En principio los envases de
leche se llaman te - tra, te - tra - briks. Y lo segundo, lo único que les sale a
las vacas de las ubres es leche.
—¿Y tampoco el quezo dayado?
—Pero bueno, ¿tú no eres de campo?
—Yo zoy de Camp Bataille, ez una siudá,
pequeñita, pedo una siudá. Ede Se A ez udbanita.
—Erre C. A. es tonto. También creerás que
el frigorífico es una fábrica de embutidos, ¿no?
—Clado. Pedo, a vesez, loz tabahadodez
zon muy lentoz, no deponen dápidamente lo que me como.
—¿Pero no me ves venir de la compra?
—Yo queía que taíaz la matedía pima.
—Aquí el único primo que hay soy yo.
—Poz mushaz vesez he eztado tentado de
metedme dento de la neveda y ved qué paza, pedo ya me montazte un pollo una ves que lo intenté.
—Pues ten cuidado, porque si estás en lo
cierto puede que yo me encuentre con salchichón de rana.
—También me ha fenado ezo. Mida que zi
z’equivocan...
—Yo no lo llamaría equivocación, sino
optimización de recursos.
—¿Y qué me disez de la padte de abaho del
figodífico? Nunca me dehaz azomá la gaita. Ziempe la abez y la siedaz muy
depiza. Yo queo que ahí ez donde ezcondez a loz opedadioz.
—Eso es el congelador. Y cuanto menos tiempo esté abierto mejor. Y no metas ahí las narices.
—Poz cuando lo abez veo zalí humo y oígo
duidoz dadoz.¿No zedá que no quiedez que vea a loz shinoz shazcutedoz que
tienez ahí?
—En todo caso esquimales.
—No zabía yo que hubiera seddoz en el
Polo Nodte.
—Ni yo que estuviera manteniendo uno tonto.
—Lo vez, tú mizmo lo deconosez.
—Me refiero a ti. Y no te crío
precisamente para hacer embutido verde.
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