jueves, 9 de febrero de 2012

Como hablar con la pared o los sonidos del silencio

—Es la primera vez que te siento enfrente de mí durante dos horas y no dices ni mu.
—¿Y?
—Que no es normal en ti.
—No tendé nada que desí.
—¿Ni de qué quejarte tampoco?
—No.
—¿Estás malo?
—No. Eztoy callao.
—Ya... ¿Te puedo ayudar?
—¿A qué?
—No sé, me imagino que tienes algún problema. ¡Qué sé yo!
—Poz zi no sabez, cállate. 
—¿Por qué?
—Podque eztáz máz guapo.
—Y tú estás muy borde, ¿eh?
—No, bodde no, vedde. 
—Perdone, el señor.
Zoy d’eze coló, azí que no t’eztañez.
—Hoy soy yo el que tiene que sacarte las cosas con sacacorchos.
—No zedá el codsho que tengo en el culo. 
—¿Todavía le tienes?
—Zí, y ni lo toquez, que tu edez capás.
—¿Un día malo?
—Como oto cualquieda.
—¿Tus collares bien, no?
—Zí, como ziempe.
—¿Una mala noticia?
—Zi te leez el pediódico, laz habitualez.
—Esto es como enfrentarse a una hoja en blanco y que no te venga nada a la cabeza.
—Ez lo que eztá ocudiendo, ¿no?
—Sí, pero esperaba un poco más de colaboración por tu parte.
—Aquí no hay máz que una padte. 
—No sé yo.
Y eztoy colabodando.
¿Estás enfadado?
—Ni alegue tampoco.
—Vamos, que hoy pasas de todo.
—No.
—¿Seguro? 
Zólo de ti.
—Comerás por lo menos.
—¿Qué queez?
—Que sí.
—Yo también. 
—Me extrañaba.
Y no pod lo menoz.
—Bueno, eso quiere decir, al menos, que no estás enfermo.
—Ya te lo he disho. Cuanto menoz hablo, menoz ezcushaz.
—Bueno, parece que te entonas.
—No. Zólo digo la veddá.
—Vamos a tener que dejarlo.
—¿El qué?
—La conversación.
—No he empesado yo.
—Pero seguro que acabas.
—No te quepa duda.
—¿Y vas a estar así mucho tiempo?
—Tú zabáz. 
—¿Yo?
Ede Se A no lo zabe.
—Lo digo por buscarme mejor compañía.
—Zedíaz capás.
—¡Ey! Te he picado el orgullo, ¿eh?
—Ze te da mehó picá sebolla.
—Anda, di que no.
—No. Ya lo he disho. ¿Y qué?
—Bueno. Ahí te quedas.
—Qu’encuentez la pas que dehaz.
—Gracias, hombre.
—Dano.
—Pues gracias, rano.
—De nada, hombe.
—¡Ah! Espera.
—¿Qu’ezpedo?
—¿Te puedo hacer una foto para ilustrar el post?
—No.
—¿Y por qué?
—Ezo digo yo, ¿pod qué peguntaz zi vaz a hasé lo que quiedaz?
—Vale. Hoy no hay foto.
—Pedo zegudo que ponez el continuadá final eze. Edez de piñón fiho.
—Hombre, es mi potestad.
—Dano, no hombe.
—Vale, dano. Al final acabo hablando como tú, ya verás.
—¿Pedo no te ibaz?
—Sí.
—Poz adióz.


  




Imagen bajada de  www.supay-666.blogia.com

No hay comentarios: