La vanidad es como el dinero, no se puede esconder. Se nos ve hasta en los ojos.
Y si eres mujer madura y política lo exteriorizas en público.
Vencer una batalla, salvo que sea la última, no garantiza que el enemigo/amigo firme el armisticio.
Aunque en la películas, los buenos (los nuestros) siempre ganen, en la vida real hay excepciones. Conviene no olvidarlo y acogerse a humilde. No siempre es beneficioso salir en la foto.
lunes, 21 de enero de 2008
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