El ministro de economía, aunque tarde, va a presentar un proyecto de ley que, sin que suponga nada en la práctica, en la forma nos afectará a todos. La medida se puede encajar en la línea de otra horaria que sufrimos o disfrutamos dos veces al año (un pasito palante, un pasito patrás) y que en este año no se aplicará por razones que se entenderán más adelante. Se trata del reparto perceptual de días en su ámbito virtual. Bajo este rimbombante título no se esconde más que la resta de días de unos meses, los de peor fama, y la suma de los mismos a otros con mejor imagen. De esa forma, este enero en el que nos movemos pasará a tener tan solo veintiún días, con lo que la dichosa cuesta se reducirá a costanilla; en Canarias el primer mes acabará un día antes. Febrero quedará como está, y por ajuste natural y bisiestal, como reza la nota ministerial, llegará hasta el vigésimo nono día, excepto para las Islas Afortunadas en las que vivirán, por primera vez y por motivos turístico-económicos, la treintena febreril. Marzo, como dice el refrán —continua el proyecto de ley— traerá cabrito para el que en enero pudo comer cordero (entre tú y yo los de siempre), y para el resto una semana menos ya que, siguiendo la línea del refranero, aunque el sol saca la maza, otros marzos hay que ventea. Con respecto a marzo, el proyecto contempla conceder un día para el Ministerio de la Presidencia con el fin de que lo aplique, cuando quiera, cada y cuando el motivo sea electoral, añadiendo que “por esta resta habrá quien no necesite cambiar de abrigo y se ahorrará unos euros”. Dos semanas se moverán de abril, las del centro, para notarlo menos; conseguiremos con ello que solo haya quinientas aguas en vez de las mil que todos los años se anuncian para abril. El Ministerio de Cuarto y Mitad de Ambiente ya ha elevado una queja. Esta última medida no afectará a Almería, “todo el mundo sabe que allí llueve poco y menos” (sic). Las dos semanas anteriores se incrustarán entre el uno y el dos de mayo, concesión hecha a las organizaciones sindicales que, según aclara la nota gubernamental, se hizo ante la cabezonería de los representantes madrileños. El motivo de alargar mayo es para dar tiempo a la “fauna vegetal” (también sic) a florecer, y que las cosechas sean más copiosas, con lo que el regulador de los precios (oferta-demanda-intermediario) los ajuste. Junio comenzará en el día menos siete, con lo que gana un fin de semana más —se supone de sol y buen tiempo— salvo para Galicia, que la ganará en abril por aquello del cambio climático. Julio, “el mes de julio”, se aclara en el texto del proyecto, sufrirá otro alargamiento. Así, como julio es un mes rebajado de fiestas nacionales, comenzará con la última semana de noviembre y seguirá con la primera de diciembre (así acabará y empezará dos veces), que incluye el seis como fiesta de la Constitución Española, evitando la agrupación de fiestas del principio del último mes del año, y su correspondiente pérdida de horas de curro. Cabe destacar, según se ha filtrado de la Secretaría de Economía, que a esta medida se opusieron los sindicatos, pero el ministro les cayó recordándoles el mes de mayo en el que ellos hicieron de su capa un sayo, y aduciendo que de esta manera se ganaban “más horas de sol en un mes que en los seis meses del antiguo cambio de hora: 1h. x 180 días = 180 h., contra 14h. x 14 días = 196 horas” (sic). Con esta cuenta, este humilde periodista ha descubierto que al multiplicar horas por días resultan horas. Pero dejemos lo que no importa. Si julio, “el mes de julio”, ganaba días, agosto también. Su día 15 se alargará otros quince, éstos se sacarán de finales de octubre y noviembre. De tal manera que cuando lleguen las doce del mediodía de ese quince de agosto de 2008, los relojes se pararán y se vivirán dos semanas extraídas como se ha dicho de los meses 10 y 11. Una vez pasadas esas dos semanas, se continuará con el puente de agosto (en este punto de la negociación con los sindicatos, todos sus representantes usaron los móviles, unos de viva voz y otros de vivo SMS para reservarse la primera quincena de agosto para vacacionar, como dicen los sudamericanos). Llegados a septiembre, se eliminan el día quince y el dieciséis. El primero por ser el día en el que, como todos saben, la Iglesia celebra a Nuestra Señora de los Dolores, y este año —“se supone”, reza la nota ministerial— bastantes dolores vamos a sufrir. El dieciséis se elimina para no recordar que hubo quince. (Perdonen la digresión, pero a mí, no sé si me han fastidiado o me han hecho un regalo, porque ése es el día de mi cumpleaños). Ahora bien, como quiera que habrá algunos que la hayan fastidiado con su voto en las elecciones de marzo, éstos podrán usarlos para recapacitar. (Yo lo haré y de paso cumplo el año. ¡Qué susto!). Octubre, ya mermado como se ha dicho, pasará volando y, como el día del Pilar cae en domingo, podremos ir todos a Zaragoza; se recomienda ir con una cantimplora de agua mineral a visitar la Expo. Pasado a agosto el último domingo de octubre se descubrió (por un avispado funcionario) que ese día no se podría atrasar el reloj una hora (no habrá último domingo de octubre, solo penúltimo), por eso este año no tocaremos el reloj ni en marzo ni en octubre. Decir que noviembre llegará menguado no es ya noticia. Es más, como se espera haga mucho frío, se encogerá más, y como a diciembre también se le han robado días (aunque con la oposición de El Corte Inglés y resto de grandes superliantes), entre sus fiestas, el cuerpo que se te pone y las celebraciones laborales fuera del horario laboral, el año 2008 pasará más rápido y con menos coste para el Erario Público y sus contribuyentes. Eso sí, la nota deja claro que se liquidará el IRPF independientemente de si el resultado de quitar, poner y trasladar días modifica los 366 propios de un mes bisiesto (esto debe ser una errata de la funcionaria que ha escrito la nota y que el Word no corrige). Señores, que se aclaren y pasen un buen año bisiesto, que mala fama tienen, y que cualquier día, el ministro correspondiente, lo traslada a un año normal. Y si no, al tiempo.
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2 comentarios:
No consigo averiguar si el 31 de marzo podré cumplir los 50..........
Pues haz una consulta vinculante al ministerio, todo sea que te contesten y te lleves una sorpresa. Lo malo será que te repitan el día 31 de ese mes, y que en 2009 entres con 51 años. Sería una lástima que no saborees todos los tópicos de ese año tan redondo como yo.
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