Jamás votaré a Alberto Ruiz Gallardón. Jamás suscribiré sus tesis, ni las que su partido dicta desde un punto de vista ideológico. Es más, en una ocasión hice pública una protesta en la que le comparaba a un supuesto atracador por la subida de las tarifas de la ORA. Pero ello no implica que me alegre por la puñalada trapera que le acaban de dar, y que parece cosa de mujeres cortesanas. Uno nunca sabe cómo evolucionan estos planes injertos en miserias políticas y personales. Las guerras que otros (o tú mismo) empiezan, no las gana nadie. Y no sabes si sacarás el beneficio que buscas. No tengo ninguna información fuera de la pura noticia. Todo lo que poseo lo he supuesto, lo imagino. Y no es digno de hacerse público. Sería tan mentira como la que los voceros del PP pregonarán a los cuatro vientos y a las seis cadenas televisivas de carácter nacional. Y, aunque tarde lo digo y sin cumplirlo, las palabras sobran. Baste con analizar (sentir mejor) lo que se adivina en la mirada de esta persona que brinda esfuerzos y éxitos electorales y recibe ingratitud.
P.D.: No viene a cuento, pero este post va dedicado a un internauta de Camargo (Cantabria), un desconocido por el que siento gratitud. Espero que se anime y me deje un comentario cuando le apetezca. Gracias señor o señora desconocid@.
P.D.: No viene a cuento, pero este post va dedicado a un internauta de Camargo (Cantabria), un desconocido por el que siento gratitud. Espero que se anime y me deje un comentario cuando le apetezca. Gracias señor o señora desconocid@.
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