El bañista |
—Ya han abiedto la pizsina de la udba.
—Sí, ya veo que te has disfrazado de guiri, hasta con calcetines blancos. Pero, ¿y qué? Tú no te bañas.
—Pedo madca el comienso d’una época del año. Me guzta oid a loz
shicoz guhad y dizfutad en el agua. Loz shapoteoz y ezo. Lez cambia el humod...
Ze asedian laz vacaciones... Me tae mushoz decieddoz.
—De tu infancia.
—No. De la de loz demáz.
—Curioso.
—No inzultez.
—No te llamo a ti curioso. Digo que es curioso que te recuerde
otra infancia y no la tuya. Lo suyo sería al revés. Uno tiene más recuerdos
propios que ajenos.
—Ya, pedo yo no tengo conciencia de mi yo. No zoy humano ni zimio.
—Pero tienes la ventaja de no verte finito.
—Y tampoco puedo desid ezo de que yo zoy Ede Se A y zuz
sidcunztansiaz.
—Porque tú eres en ti mismo una circunstancia.
—A ezo me dedusez, ¿a una sidcunztansia?
—Hay circunstancias muy importantes, no te creas. Y no es una
reducción, sino todo lo contrario.
—No empesemoz ota ves con la quiziz, Mendugo.
—No me refería a la crisis, sino a mis hijos, por ejemplo.
—Vaya una opinión que tienez d'elloz.
—Creo que no nos estamos entendiendo hoy.
—Poz ezpedo qu’elloz zí t’entiendan. Podque zi mi pade me hubieda
llamado una sidcunztansia yo le hubieda detidao la palaba.
—En cambio, yo creo que es peor, aparte de mentira, considerar a
los hijos como el motor de tu vida. Muchos presumen de ello situándose así por
encima del que les escucha, como si éste al no compartir esa idea fuera peor
persona o peor padre. ¿Y luego, cuando los hijos vuelan, con qué se quedan? ¿Sin motor?
—Yo queía que quienez volaban edan loz páhadoz. Pedo bueno,
conteztando tu pegunta: queda el debed cumplido.
—Eso es un anacronismo. Ya no se puede entender el deber cumplido
como un valor. A mí siempre me ha sonado a comedura de tarro para obligarte a hacer ciertas cosas. Es más, a veces
es imposible cumplir ciertos deberes. ¿Y no por ello te vas a cortar las venas
o vas a considerarte menos? Las circunstancias...
—Ze codtadá laz venaz quien tenga, ¿no? Podque tú, a vesez, padese que hubiedaz nasido zin ellaz.
—Aquí el único que no tiene venas eres tú. ¿Pero insinúas que
tengo sangre de horchata?
—No, no lo inzinúo. Lo afidmo.
—Para analizar las cosas hay que distanciarse de ellas. Verlas lo
más objetivamente posible.
—¿Y tú queez que ze puede zed obhetivo con un hiho?
—No.
—Poz entonsez.
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