Pansexualismo

—Mida que comeiz cozaz dadaz, ¿eh? Luego disez de laz danaz…

—Pues mira quién fue a hablar… El que no le hace ascos a nada.

—¿Tío, pedo comedze un dabo?

—Ya quisieran muchos.

—Y muchas.

—¡Eh! No sigas por ahí. A mi el rabo de toro al vino me parece un plato exquisito.

—Puez zi viedaz como cuben loz todoz a laz vacaz, zegudo que ze te quitaban laz ganaz de dabo.

—Ya estamos con el temita otra vez. Tienes el pansexualismo metido en el ADN.

—Yo no tengo pan máz que en la tipa y cuando me lo como.

—Hablo del segundo término. Pero tú todo lo enfocas desde el mismo punto de vista.

—Ahoda edez tú el que habla de máz. Tienez todo el día el…

—¡Eh!

—El eze en la boca. Todaz laz fazez laz acabaz con el de la Bednadda.

—Así me gusta, que seas elegante en el hablar.

—Y podque no me vizto, zi no, zedía un Petonio. He zacado la pedsha de mi pade.

—Sí, menos mal que no has sacado la de tu madre.

—¿Qué paza, que laz camellaz no zon elegantez en el andá?

—Yo me refería a lo que tienen en la espalda.

—¿Ahoda vaz a dezultá un nasi?

—¡Jo, macho! Eres muy susceptible. Muchos animales nunca pueden resultar elegantes.

—¿Cómo pod ehemplo…?

—Un hipopótamo. Simpático sí, pero elegante…

—Víztele d’Admani y vedás. Poz no ze azumen cozaz dadaz como zímbolo d’elegansia….

—Me sigue costando.

—Zí, a ti todo lo que cuezta…

—Que yo no soy tacaño, lech… chugas.

—Uy, qué poquito ha faltado. Pedo tienez zangue catalana.

—¿Y qué, qué ocurre con los catalanes?

—¿No eda yo el zuzseptible?

—Es que me tocas unas teclas…

—¿Qué paza, que pada mí mi made no ez una tecla zenzible?

—Tienes razón. Perdona.

—Y que zepaz que voy a pobá el dabo eze, no zea qu’ezté bueno y me lo piedda.

—Siempre aprovechas cuando tengo la guardia baja.

—Menoz loboz, Caperusita. Podque zi tu tienez una guardia de enanoz pedzonal, yo tengo cuedpo Danone.

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