El del pan |
—No, pedo zi te cuento lo que m’ha pazao, no te lo queez —me contestó Erre C. A. abrazado a una barra de pan.
—Vaya mierda de rano pareces al lado de la barra de pan.
—¿M’hasez cazo, o no? T’he disho que m’ha pazao una coza.
—Y yo tengo que preguntar: ¿qué te ha pasado, Erre C. A.? —dije con retintín.
—Poz que cuando zalía de la panadería, ¿zabez lo que m’encontao en el zuelo?
—A ver, ¿qué te has encontrado en el suelo? —volví a preguntar con el mismo tono y atrincherado en la paciencia.
—No te lo vaz a queed.
—Venga, suéltalo ya. Y si es dinero con más motivo.
—No, no edan eudoz. No lo asedtadíaz en un mez.
—Mira —le advertí saliendo de la trinchera donde me había dejado la paciencia—. Ya se me han quitado las ganas de saberlo, así que deja el pan y puerta.
—Luego disez que Ede Se A no te cuenta nada.
—¡Jo, qué pesado! Si es que para decirme lo que te has encontrado llevas media hora.
El cadtuho |
—Ez que a la vida hay que echadle un poco de emosión. Zobe todo a la nuezta, que padesemoz cadtuhoz.
—Sí, estarías tú guapo con el hábito. Venga, desembucha. ¿Qué te has encontrado? —volví a las trincheras.
—Cuando he zalido de compad el pan, ze m’ha caído una moneda y cuando la iba a decohé del güeco de un ádbol, ¿zabez lo que había?
—Nooooooooooooooooo. No sé qué había.
—Un tabaho, colega. ¡Un tabaho!
—Y no lo has cogido, claro.
—No. He penzado que el pobe que lo había peddido debía eztad dezezpedao y que lo mizmo volvía a buzcadlo.
—Vamos, que tenías que agacharte a por él.
—No, no ha zido pod pedesa, ya eztaba agashao. Y ademáz, con laz mizmaz m’he ido a la ofisina d’empleo y cuando he peguntado zi alguien había peddido un tabaho, todoz, toditoz m’han midado muy mal. Hazta loz que eztaban detáz de laz ventanillaz.
—Tío, parece una escena de Full Monty. Pero no me extraña que te miraran mal.
—¿Y pod qué?
—Porque lo que preguntaste es como mentar la soga en casa del ahorcado. ¿Y qué has hecho?
—Después del abusheo que m’han dao, m’he venido didesto a cazita. M’ha entado un poco de cague, la veddá.
—¿Y el trabajo?
—Cuando he vuelto a pazá ya no eztaba. No todoz zon tan hondadoz como Ede Se A.
—Ni tan vagos.
—Zupongo que el ziguiente que lo ha vizto, z’ha quedao con él.
—Es lo normal, con los tiempos que corren…
—No importan loz tiempoz que codan, Mendugo. Hay que zed honeztoz en laz dudaz y en laz madudaz.
—Y tú no tienes dudas... ¿Pero tú sabes lo que vale hoy un trabajo, chiquillo?
—Menoz que ayed y máz que mañana. Ahoda t’apañan con doz eudoz y te pagaz tú laz hedamientaz y el dezempleo.
—Como piensen todos como tú no nos saca de ésta ni el Cuarto Plan de Desarrollo.
—Ezo me zuena a Fan…
—¡Calla, no mientes al diablo!
Imagen
bajada de www.datuopinion.com y www. priceminister.es
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