Futuro cierto

—¿Y dónde disez que haz puezto loz pózimoz dies añoz?

—No lo he dicho, pero los he tirado a la basura.

—¡Hombe, algo ze podá zalvad!

—Ni la juventud.

—¿Y zi loz conhelamoz?

—No serviría de nada. El tiempo sólo se congela en una fotografía y pasa a ser recuerdo.

—¿Y que hago yo? Ezoz añoz, en teodía, iban a zed miz mehodez añoz.

—Pues te los han robado, como tantas cosas. La única salida que tienes es largarte de aquí.

 —¿Hacia el nodte o hacia el sud?

—Yo diría que hacia extremo oriente.

—Vamoz, que apenda shino.

—Por ahí van los tiros.

—¿Y zi me voy a la plasa de Neptuno?

—Lo único que puedes encontrarte allí son unos cuantos palos.

—Poz me hago un zombraho.

—Un sombrajo te va a servir de poco con lo que está cayendo, y menos con lo que queda por caernos encima.

—Como ziempe tú tan optimizta.

—En este caso no es cuestión de poner buena cara al mal tiempo.

—¿Y cuála ez la cuestión?

—La cuestión va de números. Ahora los nombres no sirven para nada, sólo los números.

—O zea, que ahoda Ede Se A no ze llama Ede Se A.

—No. Ahora te llamas Menos Cuatro. Las únicas que mantienen su nombre son las primas.

—Poz yo tengo un montón. Y menoz mal, podque apendedme ota ves el nombe de todaz... Ademáz, laz matemáticaz ziempe ze me han dao mal.

—¿Y la electricidad?

—La conosí tadde y pod un calambe. ¿Pod qué?

—Por si entendías de enchufes.

—No, y no pienzo tocad oto, ya tuve zufisiente con una dezcadga.

—Pues entonces China.

—No veo yo a Ede Se A, peddón, a Menoz Cuato apendiendo mandadín.

—¿También se te dan mal las letras?

—Zí. Ezaz zí.

—¿Y a ti qué se te da bien?

—Aguantadte.

—Pues nadie te va a pagar por eso.

—Ya lo zé, pedo pod lo menoz puedo eshadle la culpa a alguien.

—Yo ni soy banquero, ni político.

—Pedo edez lo que tengo máz sedca.

—Que por regla general es quien sufre nuestra frustración y nuestro mal humor, ¿no?

—Zí. El miedo heneda mal humod.

—Y el roce el cariño.

—Y laz ezcadaz y laz quemadudaz.

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