—Por lo mismo que tú respiras. ¿O no lo haces los sábados? Y
además, ¿me meto yo en tus cosas?
—Zí.
—Pues me lo dices y me aparto.
—Hesho.
—¿Vuelves a las contestaciones parcas en palabras?
—Pada lo que me zidven laz ladgaz. Oye, ¿y cuándo ez el día de laz
fuedsaz desadmadaz?
—Que yo sepa no hay día de las fuerzas desarmadas.
—¿Y pod qué laz admadaz seleban zu día?
—De verdad que te metes en unas filípicas... Necesitarán que
sepamos que están ahí, a nuestra disposición, esperando en paz. ¡Y yo qué sé!
—Vale, vale. Eda zimple cudiozidá.
—Me da a mí la impresión de que son ganas de discutir.
—Ede Se A no dizcute, acata y punto.
—Y punto no. Acata y hace lo que quiere.
—Máz quizieda él.
—¿Por qué no firmamos un pacto de no agresión?
—¿Pada qué?
—Ahora pareces un gallego. Pues para hacernos la vida más fácil,
¿no?
—La vida nunca ez fásil, Mendugo.
—Yo he dicho para hacérnosla más
fácil, que es lo mismo que decir para no complicárnosla.
—Yo no me la complico.
—No, desde luego. Se la complicas a los demás.
—No tengo yo tanto poded.
Imagan
bajada de www. elultimotripulante.blogspot.com
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