—Oye, Mendugo, ¿tú edez
demócata?
—No, yo soy borrego.
—Anda, ¿y ezo?
—Te advierto que me voy a enrrollar.
—No impodta, cuenta, cuenta.
—Te explico. Según la RAE,
en la corrección de democracia, cuarta entrada, dice: “Forma de sociedad que practica la igualdad de derechos individuales, con
independencia de etnias, sexos, credos religiosos, etc. Vivir en democracia.
U. t. en sent. fig.”. Y es de las pocas (acaso la única) incorrecciones que he
pillado en el diccionario que nos invita a entendernos. Eso, o lo nuestro no es
vivir en democracia. Porque, a primera vista, hay un estamento del Estado que
no tiene en cuenta la igualdad de derechos individuales. Todos sabemos cual es,
y los académicos debieron explicitarlo y no incluirlo en el etcétera de la
anterior definición. Y no les culpo por su cobardía, Erre C.A., más cobarde
soy yo, que sin querer ser monárquico tampoco quiero ser antimonárquico. Eso
sí, pretendo ser congruente. Tampoco lo considero motivo de guerra (¿hay
alguno?). Pero el tal Felipe tiene un derecho, al menos, más que cualquiera de
mis hijos y de cualquier hijo que no sea heredero de una corona. A ti te
excluyo por ser una rana, espero que lo entiendas.
—Zí, zigue.
El dano codonado |
— Y, ¿sabes?, ese derecho no
es moco de pavo: tener solucionada la vida. No hablo de yernos que salen rana,
y perdona. No, no hablo de ellos —aquí sí puso mala cara el rano—. Eso lo único que demostraría sería mi oportunismo y que la
sangre azul es roja. Sí que es verdad que hay una aceptación democrática de la
Constitución española, pero si se hubieran votado uno a uno sus artículos, con
alguno no habríamos tragado y con otros nos hubiéramos reído. Es algo así como
las listas cerradas de los partidos políticos. También estoy
seguro de que este razonamiento es pobre y, quizá, esté fuera de lugar y tiempo, pero tú has preguntado. Y es que mi razón será lo único que me quede hasta que
también la pierda en cualquier excursión al futuro. Hay asuntos de los que no
estoy informado, pero de esta incongruencia que muchos políticos defienden, sí.
No hay artículo más publicitado que la Monarquía. Si ésta se hunde, se hunde
España. Si nos hundimos los españoles, nosotros somos los culpables y
arrastramos a la Monarquía. Yo no me veo tan malo desde que era niño y creía en
un tal Jesús. Trabajé durante más de treinta años, sigo cotizando, pedí los
créditos que me pidieron que pidiera, los pago, pocos papeles tiré al suelo, y
ahora, la quiebra de cualquier Caja de Ahorros es problema mío. Da igual que
sea andaluza y yo viva en Tudela, las Autonomías vertebran nuestra sociedad y
ésta es global. La Corona está siempre exculpada, yo siempre soy culpable.
Estoy por creérmelo y opositar a borrego. ¿Lo entiendes?
—Vale, Ede Se A no va a inziztí,
pedo vaya padeja que vamoz a hasé: un dano y un bodego. Tu blog ze va a padesé
a laz fábulaz d’Ezopo o de Zamaniego.
Imágenes bajadas de www.waece.org y www.dibujos.org
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