—¿Laz cuentaz? —se extrañó
Erre C. A.
—No.
—¡Menoz mal!
—Las cuenta la herramienta
del blog.
—¿Y cuántaz zon?
—Con esta doscientas
treinta y cinco.
—Pedo ezaz zedán laz
públicaz, ¿no?
—Sí, claro.
—¿Y qué me quiedez desí con
ezo? ¿Qué hay hente con musha pasiensia?
—Entre otras cosas. Cuando
lleguemos a las mil te invito a comer.
—Ladgo me lo fíaz, Mendugo.
Pedo tampoco queo yo que vayaz a hasé una coza inuzual, m’invitaz todoz loz
díaz.
—Te invito a comer fuera —le
aclaré al rano.
—¿En la tedasa?
—No. En un restaurante.
—Vamoz, que cuando lleguemoz
a laz mil le toca a Ede Se A una hambudgueza de pemio.
—A veces eres un poco
cortito.
—Ziempe zoy codtito, me
padiedon azí. Pedo conosiéndote...
—Hombre, habrá que celebrar el
acontecimiento milenario de alguna manera, y conociéndote... —le devolví la pulla.
—Qué mal zuena ezo de
milenadio. Zuena a antiquízimo.
—Sí, la verdad es que suena
mejor centenario.
—Sedá pod el anunsio de la
coñá eza.
El anunsio de Sentenadio Teddy |
—Podría ser. La televisión
tiene mucha fuerza.
—Cada vez menoz, queo yo.
—Gracias a Internet.
—Y a lo mal que lo hasen.
Pedo antez ze desía gasiaz a Dioz.
—Es que antes todo lo bueno
se le achacaba a él, y todo lo malo al demonio y al hombre.
—Zí, ahoda el demonio ha
desapadesido de la ecuasión. Todo ez culpa vuezta.
—¿Y por qué no nuestra?
—Podque Ede Se A no ha hesho nada.
—Eso decimos todos. Pero
llevas razón, desde que vivimos juntos no te he visto hacer nada de provecho.
—Te doy convedzasión. Ezo no
puedez negadlo, al menoz dozzientaz teinta y sinco vesez.
—Ni que yo fuera un anciano
que vive y se siente solo y abandonado.
—Ya vedáz, cuando ze acabe
mi mala dasha te voy a buzcá una dezidensía que te vaz a cagá.
—Pues mejor que no juegues a
la loteria, no vaya a ser que te toque y la jorobemos.
—¿No quiedez que
m’independise?
—No quiero que me eches, que
no es lo mismo.
—Ziempe zedáz un pade pada
mí.
—Por eso mismo.
—¿Y te quehaz? Pedo zi no
quiedez que zea azí Ede Se A va a tené que cobadte un doyalty pod todo lo que
publicaz d’él.
—Lo que me faltaba p'al
duro.
—De veddá qu’edez mu egodizta y mu antipático. Y pod hoy, z’acabao, hombe.
Imagen bajada de www.www.anuncios.com y www.policiacehegin.blogspot.com
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