… —Yo, en cambio, no cuestiono la relación, sino a mi relacionado… Es decir, tú.
… —A ved, vamoz pod padtez. Pimedo lo mío, que pada ezo he zido yo el que lo ha empesado. Ez lo máz huzto, ¿no?
… —Tienes razón.
… —El cazo ez....
… —¿Cuál es el caso?, desembucha.
… —Que el cazo ez que zi tú me cueztionaz a mí, ¿qué zentido tene que yo cueztione mi delasión contigo, que ademáz no tene podqué coinsidir con la que tú tenez conmigo?
… —Sigues teniendo razón.
… —Ya… —Erre C.A. quedó mudo tras el monosílabo.
… —La razón y la palabra. Venga sigue —le apremié.
… —Yo queía que id pod padtez eda máz fásil que atacá todo el poblema de golpe.
… —Ya estás como siempre, empiezas a hablarme de freír huevos y acabamos componiendo una sinfonía de estupideces.
… —No te metaz conmigo. Ya podáz.
… —Yo no me meto contigo, simplemente soy coherente con lo que he dicho al principio.
… —¿Que me cueztionaz a mí pod hasé múzica fiendo un güevo?
… —Sí, eso mismo.
… —¿Y pod qué? Yo no veo motivoz pada no uzá la múzica en la cosina, otoz uzan la química.
… —No hay peor sordo que el que no quiere oír, ni peor ciego que aquél que no desea ver.
… —Vez, tú también mesclaz temaz y te vaz del caldo al coño…
… —Del coro al caño —le corregí por motivos evidentes.
… —Da igual del caldo al coño, que del codo al caño. El cazo ez dehadme mal. La difedensía ez que cuando te vaz al…
… —Caño —me adelante.
… —Al caño, vale, poz yo no te ubico donde yo quiedo. Te deho sed libe.
… —Mira, guapo. Yo no he cambiado de tema, ni siquiera he mezclado dos, porque siempre me he referido a ti.
… —Poz yo no zoy zoddo ni siego, que lo zepaz —se quejó el rano.
… —Por el momento —repliqué sobre su queja.
… —¿M’amenasaz?
… —Sí, te amenazo porque me sacas de quicio —le dije y me levanté impetuosamente.
… —Poz venga —recapituló Erre C.A. al verme tan decidido—. Vamoz a ponedte en tu zitio. A ved, ¿cómo lo hasemoz pada metedte en tu quisio?
… Y se me ocurrió una feliz idea.
… —Verás. Ven aquí y dame la espalda.
… —Azí.
… —Sí, justo.
… —¿Y?
… —Ahora, dóblate por la cintura.
… —Voy.
… —No, hacia delante. Y saca un poco el cuelete.… —No lo entendo, pedo todo zea pod el quisio eze. Y’aztá. ¿Y ahoda qué?
… —Ahora te doy la patada en el culo que tanto he soñado.
… —¡MENDUUUUUUUUUUGO!
… Erre C.A. salió por la ventana.
… —¡Joder qué gusto! Diez minutos sin rano.
… —A ved, vamoz pod padtez. Pimedo lo mío, que pada ezo he zido yo el que lo ha empesado. Ez lo máz huzto, ¿no?
… —Tienes razón.
… —El cazo ez....
… —¿Cuál es el caso?, desembucha.
… —Que el cazo ez que zi tú me cueztionaz a mí, ¿qué zentido tene que yo cueztione mi delasión contigo, que ademáz no tene podqué coinsidir con la que tú tenez conmigo?
… —Sigues teniendo razón.
… —Ya… —Erre C.A. quedó mudo tras el monosílabo.
… —La razón y la palabra. Venga sigue —le apremié.
… —Yo queía que id pod padtez eda máz fásil que atacá todo el poblema de golpe.
… —Ya estás como siempre, empiezas a hablarme de freír huevos y acabamos componiendo una sinfonía de estupideces.
… —No te metaz conmigo. Ya podáz.
… —Yo no me meto contigo, simplemente soy coherente con lo que he dicho al principio.
… —¿Que me cueztionaz a mí pod hasé múzica fiendo un güevo?
… —Sí, eso mismo.
… —¿Y pod qué? Yo no veo motivoz pada no uzá la múzica en la cosina, otoz uzan la química.
… —No hay peor sordo que el que no quiere oír, ni peor ciego que aquél que no desea ver.
… —Vez, tú también mesclaz temaz y te vaz del caldo al coño…
… —Del coro al caño —le corregí por motivos evidentes.
… —Da igual del caldo al coño, que del codo al caño. El cazo ez dehadme mal. La difedensía ez que cuando te vaz al…
… —Caño —me adelante.
… —Al caño, vale, poz yo no te ubico donde yo quiedo. Te deho sed libe.
… —Mira, guapo. Yo no he cambiado de tema, ni siquiera he mezclado dos, porque siempre me he referido a ti.
… —Poz yo no zoy zoddo ni siego, que lo zepaz —se quejó el rano.
… —Por el momento —repliqué sobre su queja.
… —¿M’amenasaz?
… —Sí, te amenazo porque me sacas de quicio —le dije y me levanté impetuosamente.
… —Poz venga —recapituló Erre C.A. al verme tan decidido—. Vamoz a ponedte en tu zitio. A ved, ¿cómo lo hasemoz pada metedte en tu quisio?
… Y se me ocurrió una feliz idea.
… —Verás. Ven aquí y dame la espalda.
… —Azí.
… —Sí, justo.
… —¿Y?
… —Ahora, dóblate por la cintura.
… —Voy.
… —No, hacia delante. Y saca un poco el cuelete.… —No lo entendo, pedo todo zea pod el quisio eze. Y’aztá. ¿Y ahoda qué?
… —Ahora te doy la patada en el culo que tanto he soñado.
… —¡MENDUUUUUUUUUUGO!
… Erre C.A. salió por la ventana.
… —¡Joder qué gusto! Diez minutos sin rano.
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