domingo, 13 de julio de 2008

Los “heredados”

—Erre C.A. —le llamé.
—¿Qué?
—¿Me ayudas con los libros?
—Zí.
Y se puso a ojearlos.
—En cazi todos pone un nombe que no ez el tuyo.
—Porque yo no me llamo Mendrugo, que es como tú me llamas.
—Ni Quiztina Madtínez tampoco.
—Erre C.A., ¿tú no has heredado nada?
—No. En mi familia cuando alguien paza a mehod vida ze llama a loz vesinoz y el que nesezita algo…
—No. Espera, me he expresado mal. Me refiero a que si has estrenado todo lo que usas o has usado.
—No.
—Entonces sabes de lo que te hablo.
—No.
—Sí, hombre. Cuando yo era un crío, por ser el benjamín de la casa, siempre usaba las cosas de mis hermanos.
—Poz yo no. Pimedo podque yo no teno hedmanoz. Y zegundo podque todo lo que teno lo llevo dento.
—Lo dices por los collares…
—No. Lo digo pod todo. Ademáz, no nesezito máz.
—Dichoso tú.

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