… —Yo de eso no he dicho nada —contesté sin siquiera volverme—. Y en todo caso sería caduco. Yo no me he visto la fecha de caducidad en ninguna parte del cuerpo.
… —Tú m’entiemdez, Mendugo.
… —¿Y de dónde has sacaddo que yo estoy caduco?
… —Tú mizmo lo dihizte antiyed. El pes ziempe muede pod la boca.
… —Y las ranas de inanición.
… —No zedé yo. Pedo en zedio: ¿de dónde te viene eza zenzasión? Es pada eztá pepadado.
… —Así de pronto… Sí. Por ejemplo cuando veo los anuncios en la tele. Es como si me agredieran, y muchos ni los entiendo.
… —¿Y ezo qué tene que ved?
… —Pues que ya no le intereso ni a las multinacionales.
… —Ah, clado. Poz a mí me guztan todoz.
… —Pero si tu no ves televisión.
… —Zedía máz modesto desí que tú no me vez vedla.
… —Vale. De acuerdo.
… —Vez. Yo te lo noto en eztaz cozaz.
… —¿Qué me notas?
… —Qu'eztaz pazao.
… —Y tú crudo. ¿Qué tal media horita de horno?
… Como Erre C.A. no contestaba a mi broma, me volví. O había estado hablando con la pared o el rano me había tomado en serio, porque su rincón estaba vacío. Sonreí y seguí con lo mío.
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