miércoles, 1 de octubre de 2008

El "piercing"

—Eztoy hesho un tapo, Mendugo.

—Pero todo entero —me hice el gracioso—. Siempre lo has estado y siempre lo has sido.

Erre C.A., cabizbajo, pasó de mi humor y siguió con su queja.
—Depimido y confuzo.

—¿Algún problema? —yo también pasé de mis bromas al verle tan preocupado.

—Uno mu goddo.

—¿Y es?

—Que ez impozible ponedme un pirsin.

—Eso que lo dices tú, porque teniendo tu piel y tus carnes —esta vez no quise que me malentendiera—, yo no lo veo difícil.
—A ved, lizto de loz cataplinez, zi no teno odehaz, no teno sehaz, ni labioz, ni ombligo, ni …

—Es verdad, un poco particular si que eres.

—El pinsedo z’ha quedao eztudiando el poblema, aunque no zé cómo lo va a hasé podque yo también me lo he taido a caza.

—Yo que tú, me lo ponía en la etiqueta, tapando el 100% poliéster.


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