domingo, 19 de octubre de 2008

El corte de mangas y el corte inglés

—¡Erre C.A.! —llamé
El rano me contestó desde no sé donde.
—¿Y ahoda qué quiedez?
—¿Qué son todos estos recortes? —le pregunté señalando unas tijeras que yacían en el suelo junto con un montón de papeles.
—Ez que m’enfadao con el mundo y m’he puezto a hasé codtez de mangaz.
—¿Cortes de mangas?
—Tu hiho tene mushoz comiz mangaz, no queo que l’impodte. Y ze m’ha pazao el cabeo. Yo no penzaba que delahadan tanto loz codtez eztoz.
—Primero recoge todo esto y lo hechas a la bolsa de papel para reciclar —le ordené.
—¿Ya?
—Ya —volví a ordenar.
—Vale, vale. Ni que moddiedan loz papelez.
Cuando él volvió de la cocina, yo seguí con el sermón.
—Segundo, y por si no lo sabías, no podemos disponer de lo que no es nuestro. Y menos de la forma en la que tú lo has hecho en este caso —aquí, Erre C.A. bajó la cabeza y quedó esperando que le cayera más agua —. Y tercero, que a veces pareces como venido de otro planeta. Un corte de manga no es romper los comics manga de mi hijo, es un gesto grosero que se hace para mandar a alguien al carajo, para ofenderle. Y se hace así.Erre C.A. me observó atentamente y cuando acabé, él repitió el feo ademán.
—¡Anda, zi lo zé yo antez!
—También hay quien yergue el dedo corazón,
—Yo no puedo, pedo no impodta. Ezto mola máz y cuezta menoz tabaho podque no hay que decohé luego —Erre C.A. siguió golpeándose el brazo con la palma de su mano mientras doblaba el codo —. Y ademáz, tambén delaha. ¡Que shuli! —y salió de la habitación cortando mangas, como él diría, y volvió a dejarme con la palabra en la boca.
—Pero no se te ocurra hacérselo... ¡Bah!, es igual...
Volvió como Colombo pero con gestos más groseros y me preguntó:
—Oye, ¿y el codte ingléz cómo se hase?
Le cerré la puerta en las narices.

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