No sé si os habéis fijado, pero una fórmula para inventarse palabras es acudir a los prefijos (antes del fijo) y a los sufijos (después del fijo). El fijo puede ser un sustantivo, un adjetivo, un verbo, etc. Así han nacido muchos vocablos, sobre todo los inventados más recientemente, como prenatal, anticorrosivo, linotipista, ...
... Cojamos el sufijo de esta última palabra: -ista, por otro lado tan usado (maquinista, taxista, feminista, altruista...) y preguntémonos el motivo por el que no se usa para construir el nombre que identifica a la persona que conduce un camión: camionero. ¿Hay algún motivo para haber elegido el sufijo -ero, -era? Aparentemente no, o por lo menos nadie conoce el porqué. ¿Es un capricho? ¿Es por fonética? Ese es el duende del idioma. Somos nosotros como hablantes los que, con el tiempo, elegimos.
¡VIVAN LOS HABLANTES!
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