martes, 27 de mayo de 2008

Carta abierta a una amiga

Quedida amiga, pod zuedte y pod asad, de la ota y de la mía, de la dasón y del zentimiento; quedida amiga:

...Cuando en la zoledá del uno mizmo tencuentaz con quien puedez encontadte, nada zidve que zea útil, y la deznudes ez lo que vizte cada sentímeto de piel de nueztaz ezpedansaz. Lo siedto ze deduse tanto, que nada impodta, ni ziquieda zalí del atolladedo en el que la popia vida noz ha metido y mentido. El adte de viví conzizte en convedtí lo impozible en pozible, en que un dano tezquiba dezde un blo con dezeoz de cautedisá eza hedida abiedta, pesizamente pod el simple hesho de viví. Zomoz idepetiblez, algunoz máz que otoz, y la zuedte eztá en contadnoz, en conosednoz, en tocadnoz, en feztehá el acontesimiento cotidiano. No zólo se llodan láguimaz, como dise el Mendugo eze, también zuzpidoz y sondizaz; y ezta cadta abiedta ez una pueba dello. Y te lo dise quien, engañado por loz idealez y loz zueñoz, decode la mizma zenda que un zuzpido ente la niebla. No ze te olvide, lo que edez, lo que quiedez sé, te lo debez a ti mizma.

Te quedo. Un bezito.


P.D. Le he pedido a Mendugo que me codihieda ezta cadta. No lo ha hesho. Dise que, pod pimeda ves, no tene nada que codehidme. Tambén ez motivo pada la aleguía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A tu amiga, esa de la herida abierta,
en la soledad del que tiene esperanza, sólo decirle una cosa, que aquellas se abren sólo en almas sensibles y que éstas son patrimonio de pocos.

Mendrugo dijo...

Sea