—¿A ti quién te guzta máz, Lodca o Miguel Hednandes?
—¿Y tú a quién quieres más, a papá o a mamá?
—He peguntado yo antez.
—Y yo te he contestado.
—Poz no zé qué tienen que ved miz padez con ezoz poetaz.
—Más de lo que tú crees. Pero tú, ¿a quién elegirías?
—Ede Se A pefiede a Lodca.
—Digo que elijas entre tu padre y tu madre.
—No puedo.
—Pues eso me pasa a mí con esos poetas. Bueno, y con algunos más.
A veces, no se puede elegir.
—Tú nunca lo tienez clado.
—Pero bueno, ¿no te lo acabo de explicar?
—Yo zé lo que me digo.
—¡Ah! ¿Y yo no?
—¿Tú? Tú no zabez donde tienez la mano dedesha.
—Pero la izquierda sí.
—A ezo me defiedo.
—¿Y a qué venía la preguntita?
—¿Qué pegunta?
—¿Lorca o Hernández?
—Ah. No zé. Ez que h’eztao leyendo loz lomoz de tuz liboz...
—Sí, es lo único que lees de los libros.
—Ez que yo zoy mu influensiable.
—Pues menos mal que no tengo una edición de Main Kampf.
—¿Y eze libo cuál ez?
—El que escribió Hitler.
—¿Eze tío eda ezquitod?
—No, era un comecocos, entre otras cosas peores.
—Entonsez, ¿no existió, ez un videohuego?
—No. Sí existió. Aunque la naturaleza se lo podía haber ahorrado.
—¿Y qué me disez de Ztalin?
—Otro que tal baila. No sé quien asesinó a más personas.
—Poz el hambe no ze queda codta.
Imagen
bajada de www. eroj.org y ruteando.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario