Quejas

—Loz díaz zon máz codtoz que la felisidá en caza del pobe.

—Sí, la verdad es que no te da tiempo a nada.

—¿Tú todo lo tienez que hased a la luz del zol?

—No, pero la noche se viene encima enseguida.

—Y máz zi t’eshaz la ziezta.

—Pues no te la eches.

—Ez que, después de comed me enta una mododa...

—No comas.

—Ezo quiziedaz tú, que fueda una planta.

—¿Nuclear?

—No, de laz otaz. De laz veddez.

—No es mala idea, al menos tendríamos más oxigeno en esta casa.

—Yo no dezpido, azi que no te quehez.

—Yo no me quejo.

—Ede Se A zí.

—Tendrás motivos.

—No, pedo me loz invento.

—¿Y de qué te quejas?

—De todo.

—Eres un contestatario.

—Zi peguntaz... 

  

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