jueves, 22 de noviembre de 2012

El desayuno



—¿Por qué no desayunas como todo el mundo?
—¿Cómo?
—Por ejemplo, sentado en una silla a la mesa y no en la Thermomix.
—Zi no, no llego. Y ademáz, no a todo el mundo le cabe el culete en el aguhedo d’ezta maquinita. ¡Ah!, y yo dezayuno como todo el mundo que dezayuna.
—Sí, pero todo el mundo que desayuna cereales con leche los echa en un plato o en un bol.
—Hay quien ze loz come a puñaoz. Azí mansho menoz.
—Eso es lo que te crees tú. No sabes la que lías cuando echas la leche en la bolsa. Pones toda la encimera perdida.
—Tú lo dices podque en el bol caben menoz.
—Pues usa una perola.
—No me guzta el zabod a metal.
—Y todo lo que llevas en la boca, ¿a qué te sabe? Pero también puedes usar la ensaladera grande.
—No puedo con ella y no cabe en el lavavahillaz.
—Hala, pues haz lo que quieras.
—Ezo ez lo que hago.
—Ya, y el que venga detrás que arree.
—¿Quién viene a dezayunad dezpuéz d’Ede Se A?
—Desde luego el que fuera no iba a encontrar cereales.
—Vez como laz quíticaz van pod el gazto.
—Hombre, es que no es normal meterse una bolsa entera de una sentada.
—Codiho: dano.
—Rano u hombre, me da igual.
—A mí no. 





Imagen bajada de  www. markituz.blogspot.com

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