jueves, 3 de enero de 2013

Nos pierde la boca



—¿Qué paza en la boca?
—Que tengo una infección. Un acceso como un garbanzo.
—Zi no la metiedaz donde no debez.
—Yo no meto la boca en ningún sitio.
—Ezo disen todoz. Aunque también puede zed lo contadio.
—Tampoco me meto nada raro en ella.
—Zi ez que lo que comemoz no puede zed bueno. Tanto vedde y tanto fumigad...
—Imagino que las judías también se fumigan.
—Pedo eztán en la mata con gabaddina.
—Anda, y los guisantes.
—A lo mehod ez pod lo que disez. Laz palabaz también dañan.
—Lo que daña es la intención con que se dicen.
—Poz zedá ezo. Tanto metedte conmigo. Aunque a mi me dezvala, pod ezo no me infessiono.
—Ya lo sé.
—T’haz midao a ved zi tienez habitantez.
—Yo no soy como tú, que llevas el ajuar en la boca. Y me la lavo todos los días. No como otros.
—Poz zedá el dentífico. Cambia de madca.
—Da igual, todos tienen más o menos los mismos agentes activos, como el fluor.
—Yo no me meto el fluod eze en la boca ni bodasho. ¿Y qué me disez del colutodio?
—Que yo puedo decir algo, pero tú, que nunca lo has usado en tu vida...
—Pedo lo he olido. Y, ademáz, yo no lo tomo podque lleva alcohol.
—No sabía yo que fueras abstemio.
—No, yo zoy ede Se A. ¿Te duele menos?
—No, pero me distraigo.
—D’ezo ze tataba.
—Gracias.
—De nada. A mandad.
—Pues haz tú la comida.
—¡Eh! No te vengas adiva, que eda una fodma educada d’hablá, tío. No te lo tomez al pie de la leta.
Bueno, la hago yo, pero si te lavas los dientes.
¡Ho, lo que hay que hased pada comed!






Imagen bajada de  www. eleconbomist.com

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