jueves, 17 de enero de 2013

La búsqueda del Tesoro



—¿Pero qué posturas son esas para consultar el atlas?
—Ez qu’eztoy buzcando.
—¿Una ciudad?
—No.
—¿Un país?
—Eze l’h’encontao ya.
—Entonces, ¿qué narices buscas?
—Nadisez ningunaz. Pedo eztoy midando debaho de Zuisa pada ved zi encuento unoz millonsehoz d’eudoz.
—Tú cada día estás peor de lo tuyo.
—Poz disen qu’el tío eze que sena en el bad ezcondió unoz cuantoz.
—¿Quién cena en el bar?
—El Bádsenaz eze.
—El Bárcenas ese, como dices tú, escondería los millones en un banco.
—Poz mida, como en ezte mapa no vienen loz bancoz, ni Ede Se A eztá dizpuezto a buzcad en todoz loz padquez zuisoz, que lez den modsilla. No buzco máz.
—Y, además, seguramente los haya blanqueado ya.
—Poz no ze loz van a cohed en ningún zitio. Vamoz, que a mí me da un billete blanco de quinientoz eudoz y no ze lo coho.
—Pues si me los encuentro yo los veintidós millones, soy capaz de pintar a mano billete a billete.
—Oye, ze habá gaztado un dinedal en lehía pada blanquead tanto billetito, ¿no?
—Blanquear es oficializar o legalizar el dinero negro.
—¿En qué quedamos, blanco o nego?
—Tú no has tenido dinero nunca, ¿no?
—No nesezito. Yo seno en caza, no en el bad.
—Te ha dado con el bar y las cenas.
—A otoz lez da pod ota coza.






Imagen bajada de  www. carm.es

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