jueves, 31 de enero de 2013

El reparto


—¿A ti qué t’ha tocao del depadto?
—¿De qué reparto me hablas?
—El del zeñod Badsenaz.
—Pues lo que a la mayoría.
—A loz que oztentan la mayodía zí lez ha tocao unoz piquitoz. Al menoz ezo padese.
—Ya, pero a nosotros nos ha tocado lo de siempre.
—¿Qué ez...?
—Nada. Es más quizá nos toque pagar. ¿De dónde crees que va a salir el dinero que falta?
—Anda, yo queía que zobaba.
—Sí, a algunos les sobra.
—Y, ademáz, yo queía qu’el dinedo zalía de Zuisa.
—No, chaval. Hacienda somos todos.
—Pedo no pada todoz, que laz pepozisionez zon mu impodtantez, como disez tú.
—Y creo tener razón. Aunque es de Perogrullo.
—Anda que la que han liao el que monta todoz y el que daha hoy.
—¿El que monta toros y raja hoy?
—Zí, el zeñod Montodo y el zeñod Dahoy.
—Anda que entre el que cena en el bar, el que monta toros y raja hoy... ¿Pero, por qué les pones a todos el señor delante?
—Pod ezo, podque pada mí zon zeñodez que no conosco. Yo queo que la zeñoda Ezpedansa ze tiene qu’eztad padtiendo el culo de diza. Ez máz, yo queo que ze lo olía.
—¿Tú crees?
—Mehod ezo que penzad que zu denuncia fue pod mala zalú, ¿no?
—¿Y por qué no te crees lo que ella dijo?
—Hombe, eztá clado. A ezoz lez peguntaz la hoda y ziempe zon en punto.
—No te entiendo.
—Poz que nunca disen la veddá y ziempe ze quedan con loz minutoz.
—Ah... ¿Pero no dices que tú no piensas?
—Y no lo hago, zólo depito lo que oigo. Ede Se A ez un dano zin quitedio, pod ezo no me dan el voto.
—Entre otras cosas.
—¿Pedo zegudo que no t’ha tocao nada? Mida qu’eztá to ezquito y ha habido pa todo quizqui.
—Que no.
—Mida qu’edez tonto.
—Ese es uno de los problemas.
—Zedá qu’ez uno de tuz poblemaz.
—No. Digo que uno de nuestros problemas es confundir la honradez con la tontez.
—Eza palaba no existe.
—Ya sé que tontez no existe, es una licencia para rimar.
—Yo me defedía a hondadez.
—Machado ya lo escribió y tuvo que aclararlo.
—¿Y qué ezquibió?
—Que él se consideraba en el buen sentido de la palabra bueno.
—Eze  zegudo que no eda político, ni departía, podque ya zabez, el que padte y departe ze queda con la mehod padte.







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Celos


—Hay pocas sensaciones más agradables que recibir el cariño de un niño.
—Lo nodmal ez que loz hihoz quiedan a loz padez, zobe todo cuando zon pequeñoz y no ven zuz defestoz.
—No me refería a una relación paterno-filial, sino a una amistad.
—¿Entonsez, lo disez pod mí?
—Pues no.
—Clado como yo zoy conzsiente de tuz defestoz.
—No, no es por eso.
—¿Zegudo?
—Seguro. Mira, en primer lugar tú no eres un niño. Y en segundo, no veo yo que me regales mucho cariño.
—Ez que yo ziempe he zido un poco zeta.
—No, tú eres seta en varios sentidos figurados.
—¿Y a quién te defiedez?
—A mis amigos que intentan crecer.
—Poz ezo, Ede Se A.
—Que no te digo.
—Yo intento quesed.
—No, tú te pones morado de comida. Pero no me refiero al crecimiento físico.
—Vaya, poz loz niñoz y laz niñaz quesen como la mala yedba.
—Unos tanto y otros tan poco, ¿no?
—El que hededa no doba. Y no te metaz máz conmigo.
—Anda, ven aquí que te achuche un poco.
—No quiedo. Y zí quiedez ashushad a alguien, llama a alguno de tuz amiguitoz.
—No suelo achuchar a los niños.
—Poz no zé que vedán en ti.
—Lo mismo que tú no, desde luego.
—No zedá podque no m’ezfuedso.
—Que sepas que el cariño que se siente por una persona no mengua el que puedas sentir por otras, y viceversa.
—O zea, qu’edez polígamo.
—Sacas unas conclusiones...
—Pedo ez lo que tú haz disho. Yo no pienzo.
—Si es que... Donde no hay mata, no hay patata.
—Luego disez que yo zólo zé hablad de comida. ¿A qué viene ahoda la patata?
—Yo, más bien, hacía hincapié en la mata.
—Mata, mata... Yo zí que te mataba cuando te ponez azí.
—¿Y cómo me pongo?
—Antidano.
—¿Antirrano? Eres tú el que no ha querido que te hiciera arrumacos.
—Ez que ya no tengo edá.
—Para eso siempre se está en la edad. Anda, ven aquí.
—¡Que no!
—Venga, que te llevas un beso.
—Mehod dame uvaz con quezo, que zaben a ezo.








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martes, 29 de enero de 2013

Independiente


—¿Haz vizto la podtada del pedíodico?
—No los leo.
—¿Cuándo dehazte de leezloz?
—Cuando me di cuenta de que entre noticia y noticia, pretendían influir en mi opinión de una forma descarada.
—¿Pod ezo tampoco vez loz notisiedoz de la tele?
—Me imagino que por lo mismo, pero la verdad es que la tele, cada día, me aburre y me violenta más.
—Pedo la vez.
—El fútbol y poco más. Lo que emiten los canales apenas lo veo.
—¿Y la dadio?
—Sólo cuando estoy en el baño haciendo mis necesidades.
—Pod aquello de no eztad zolito, ¿no?
—Supongo.
—Y lo mizmo te conzidedaz un hombe infodmado, ¿no?
—Hombre sí, a secas y entendido como persona.
—Mal informada.
—Tómatelo como quieras, pero prefiero pensar, por ejemplo, en la corrupción sin tener que defender a nadie. Y en todo caso desinformado. Y precisamente por no querer estar mal informado.
—La codupsión no tiene defenza.
—Eso no me lo digas a mí. Pero estoy de acuerdo. Es más, tampoco se merece campaña alguna, sea real o plebeya.
—Yo no eztoy hasiendo campaña.
—Serás el único.
—Ede Se A ha zido ziempe independiente.
—Y un cuerno. ¿Tú te has leído la definición de independiente?
—No. Pedo zé lo que ez.
—Pues parece que no, porque independiente es aquél que no depende de otro.
—¿Y yo de quién dependo zi ze puede zabed?
—Sonaría mal que yo lo dijera.
—A mí me va a zonad igual lo diga quien lo diga.
—Pues de mí. Dependes de mí.
—No zé yo quién depende máz de quien.
—No te hagas el listo.
—Aquí el único lizto que hay edez tú que leez el dissionadio. Ezo zí, dezinfodmado, pedo un culto lizto.
—Prefiero escuchar a la gente que a grupos de opinión. Y no me considero culto, sino interesado.
—Yo no zoy hente ni gupo de opinión, ni ziquieda intedezado. Clado, pedo como dependo de ti me peztaz oídoz.
—Yo no te presto nada, ya lo coges tú sin que te lo ofrezca.
—Me vaz a obligad a hased una güelga.
—No será de hambre.
—Zegudo que no.









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lunes, 28 de enero de 2013

El problema


—Me encanta que los días se alarguen y notarlo.
—Mendugo, loz díaz tienen todoz el mizmo tamaño: veinticuato hodaz.
—Me refiero a la parte del día que tiene luz.
—Ezo depende de cuando la ensiendaz, aunque ya zabemoz cómo edez tú.
—Luz de sol, pesado. Ahora, si no me quieres entender, es tu problema.
—Lo ziento de vedaz, pedo Ede Se A no tiene poblemaz.
—Dichoso tú.
—Y tú.
—¿Yo? ¿Por qué?
—Hombe, podque zi yo tengo poblemaz, tú también loz zufidíaz.
—No estés tú tan seguro. Bastante tengo yo con los míos.
—Pedo zi tú vivez como un madahá.
—No, como un marajá no, con un marajá, que no es lo mismo. Y que no te cuente mis problemas, no quiere decir que no los tenga.
—¿Ahoda vaz de zufidod?
—No, eres tú el que me está tirando de la lengua.
—¡Uffff, qué azco! No ze me ocudidía.
—No hay guarro que no sea asqueroso. Pero te tomas todo al pie de la letra.
—No, podque laz letaz no tienen pie, zi no, no zonadían, codedían.
—Lo que te digo.
—Ezo lo desía yo de pequeño, pedo acababa con un moñigo.
—Pues lo que te digo, moñigo.
—¡Qué guado!
—¿No dices que tú usabas esa expresión?
—Ya, pedo eda un quío.
—Vete al garete.
—Zi me disez dond’eztá y me guzta...
—En cualquier parte donde yo no esté.
—Me guzta.
—Pues no lo parece.
—¿Ahoda tienez maníaz pedzecutodíaz?
—Tú sí que estás paranoico.
—Yo no eztoy pada nadie. Quiedo un día de decohimiento.
—Tú no has recogido nada en tu vida.
—Anda que no decoho yo tuz fuztasionez.
—¿Y todo esto es porque me gusta que los días se alarguen?
—No, todo ezto ez pod tened un dano en caza.
—Pues eso tiene fácil arreglo.
—¡Eeeeeeeh, quieto! ¿A ved que vaz a hased?
—Solucionar el problema.
—Yo no zoy un poblema, zoy una zolusión.
—Mala, y las malas soluciones a la papelera.
—¡Zácame de aquí, que no zoy desicable!





Lunes


Disculpen las molestias.
CONTINUARÁ


domingo, 27 de enero de 2013

viernes, 25 de enero de 2013

Palabras con vocación impropia (120ª)


Centésima vigésima entrega.

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parquímetro. m. Máquina destinada a regular mediante pago el tiempo de estacionamiento de los vehículos.
parquímetro. (De parque y metro). m. Aparato en forma de rueda cuya circunferencia mide un metro usado para medir la longitud de los parques.
Ej.: Hay ciudades en las que no se necesitan parquímetros.
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partesana. (Del it. partigiana). f. Arma ofensiva, a modo de alabarda [...].
partesana. (De parte y sano). f. Aquella que dejan los cirujanos cuando extirpan un tumor.
Ej.: Menos mal que tenía más partesana que tumor.
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pasamontañas. m. Montera que puede cubrir toda la cabeza hasta el cuello, salvo el rostro o por lo menos los ojos y la nariz, y que se usa para defenderse del frío.
pasamontañas. (De pasar y montaña). adj. Alpinista.
Ej.: César Pérez de Tudela es un gran pasamontañas.
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pasamuros. m. Electr. Aislador que permite el paso de un conductor eléctrico a través de un muro o de una pared metálica.
pasamuros. (De pasar y muro). adj. 1. Broca larga que se acopla al taladro. || 2. Ladrón especializado en saltar muros.
Ej.: La poli ha trincado una banda de pasamuros.
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pasear. (De paso). intr. Ir andando por distracción o por ejercicio. U. t. c. tr. y c. prnl. [...].
pasear. (De pasa). tr. Hacer pasas con las uvas desecándolas al sol.
Ej.: Para pasear bien lo mejor es pasar de las uvas.
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pastillero. m. Estuche pequeño destinado a guardar pastillas.
pastillero, ra. (De pastilla). m. Persona enganchada a las pastillas, normalmente anfetaminas.
Ej.: Cuidado con ése que es un pastillero.
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patidifuso, sa. (De pata1 y difuso). adj. coloq. Que se queda parado de asombro.
patidifuso, sa. (De pata y difuso). adj. Dicho de un animal: que no se le distinguen bien las patas.
Ej.: Los ciempiés son patidifusos.
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patiperro, rra. adj. coloq. Chile Dicho de una persona: callejera ( que gusta de callejear). U. t. c. s.
patiperro, rra. (De pata y perro). adj. Dicho de una persona: con cuatro patas cortas.
Ej.: De bebés somos todos patiperros.
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patografía. (De pato- y -grafía). f. Med. Descripción de las enfermedades.
patografía. (De pato y -grafía). f. Estudio de la escritura de los patos.
Ej.: La patografía tiene pocas salidas laborales.
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patronato. (Del lat. patronātus). m. Derecho, poder o facultad que tienen el patrono o patronos. [...].
patronato. (De patrón y nato, nacido). m. Nacido para patrón.
Ej.: San Isidro fue un patronato.
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jueves, 24 de enero de 2013

El tabaco



—¡Vaya bomba, Mendugo!
—¿El qué?
—El meshedito.
—Tú sí que eres la bomba. No juegues con eso.
—Zi no puedo ensendedlo, no me dan laz manoz.
—De todas formas.
—Como te fumes loz sigadoz en popodsión al ensendedod, vaz apañao, colega.
—Aunque no lo sean, que no lo son, también.
—No zé qu’encontáiz en el tabaco.
—Es pura dependencia. Nicotina, supongo.
—Entonsez entendedáz mi delasión con la fabada.
—Ni las judías, ni el chorizo, que yo sepa, crean adicción.
—Pedo también zon pudo visio. Aunque no pedhudiquen a nadie.
—Tú, a veces, perjudicas el ambiente después del atracón que te sueles pegar.
—No tienes defensa.
—¿Para qué?
—Para fumar.
—No. Eso es verdad. Lo único que puedo hacer es reconocer mi adicción y mi impotencia para dejar de fumar.
—Inténtalo. Podíaz dehadlo.
—Yo estoy esperando a que me deje él a mí.
—Él a ti ya t’ha dehao, pedo pada el adazte. Y todavía no ha tedminao, que lo zepaz.
—¿Qué insinuas?
—Lo que pone en laz cahetillaz. Y no ez una inzinuasión.
—Hace menos frío hoy, ¿no?
—Zí, tú cambia de tema. A vesez, padesez un quío.
—Favor que usted me hace.
—¿Y no pienzaz en el daño que hasez a loz demáz?
—Sí, pesado, pero me puede el vicio.
—Anda que el dinedo que te gaztaz...
—Eso sí me duele, pero sarna con gusto no pica.
—Tú zi que picaz, atontao. Llevaz picando cazi sincuenta añoz.






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miércoles, 23 de enero de 2013

Transparencias


—¡Erre C.A.! —llamé— ¡¡ERRE C.A.! Pero dónde se habrá metido el bicho este. ¿Quieres contestar?
—Eztoy debaho de tu zillón.


Tiré de algo verde que asomaba por debajo del sillón y detrás, pegado a ello, apareció el rano con unas cuartillas.
—¿Se puede saber qué haces ahí? ¿Se te ha perdido algo o estás haciendo la inspección de limpieza?
—No, eztoy leyendo el bodadod de la ley de tanzpadensia.
—¿La española?
—Hombe, no va a zed la zueca.
—¿Y por qué ahí debajo?
—Eztaz cozaz hay que llevadlaz en zequeto.
—Si le hacen el mismo caso que a la ley del suelo...
—¿Cuála?
—La que en teoría obliga a todos los concejales a hacer una declaración de bienes cuando asumen el cargo y a renovarla anualmente.
—¿Y?
—Que todavía está por aparecer la primera declaración de un edil.
—Clado.
—¿Cómo que claro?
—Laz leyez no zon pada quienez laz hasen, zon p’al pueblo, no pada zuz didihentez. Bueno, ¿y pada qué me quedíaz?
—Para que me ayudes a limpiar los cristales de las ventanas.
—No.
—¿Cómo que no?
—Que a Ede Se A tú no le uzaz de tapo limpiaquiztalez.
—No pensaba.
—Poz como no me taigaz una ezcaleda, me didáz pada que voy a zedvid.
—Para que me digas si están transparentes.
—Mida, d’ezo zí entiendo, podque ezte bodadod o bien ze queda codto o bien el codto zoy yo.






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martes, 22 de enero de 2013

Post nº 1000: Serán las neuronas

A veces, me reflejo en el cristal de la ventana, en el que me reconozco, y vislumbro delante de mí la mancha verde de Erre C. A. Me vuelvo, miro al muñeco directamente a los ojos, y me pregunto si no estaré loco; si no habré crecido —que no sería tan malo—, o si estaré ya de retorno hacia una edad en la que las neuronas convocan huelgas a diario, y donde puedo volver a encontrar a la Juana, mi madre, que sin vivir vive una vida asesinada. Cuando me giro me enfrento al papel en blanco, nieve en la que de vez en cuando caen gotas cuando me llueve impotencia. Me cuesta escribir, ¿sabéis? Pero serán las neuronas, me digo. Escribir me cuesta más que vivir. En el fondo, y en la forma, ambas efímeras, escribir no es más que intentar dejar rastro de nuestras ideas, de nuestras idas y venidas por un mundo que nunca entenderé, aunque también podría decir: entenderemos. Y, la verdad, aunque otros, como Ángeles Caso(1), lo tengan cada vez más claro, el que escribe no. No, porque no me conformo con sentirme bien con lo mío —que no es el caso—, no. No, porque tus cuitas son las mías, las mismas que las de aquél. No, porque no caminamos solos (gracias por recordármelo Whitman). Y si no, que se lo digan a quien lleva caminando conmigo cuarenta y un años —que se dice pronto—, ¡cuarenta y un años!, y seguimos vivos individualmente a pesar del amor. Tocados, pero no hundidos. No, no lo tengo claro porque cada vez tengo más pereza de vivir —ahí me echa una mano el rano—. No, porque cada vez siento más y pienso menos; serán las neuronas, me digo. ¿Cómo es posible ser un hombre esperanzado cuya esperanza comparte ladrón con el mes de abril de Sabina?






lunes, 21 de enero de 2013

Recuerdo


—Ayed me dizte ezquinaso.
—No, ayer intenté encontrarme a mí mismo, aunque no sé si fue más un encuentro fortuito que una búsqueda.
—Poz pod el volumen no te debió de sed difísil encontadte.
—En ese caso no era cuestión de tamaño.
—Yo no hablo de tamaño zino de volumen.
—Es lo mismo, salvo que me consideres una botella.
— No, de alcaldeza no te veo, máz bien una fazca.
—¿Una frasca?
—Zí, d’ezaz godditaz y deshonshaz.
—Desde luego, vemos la paja en ojo ajeno y no vemos la viga en el propio. ¿Tú te has mirado al espejo?
—En ese tema me conzidedo anodézico, ziempe me veo goddo.
—No te preocupes, tú anoréxico no eres, te lo aseguro.
—Hoy no estamos disiendo máz que tontedíaz.
—¿Y cuándo no? Pero días de mucho, vísperas de poco.
—Vamoz, que hoy comemoz loz pocoz deztoz d’ayed.
—¿Cuándo has comido tú restos o poco?
—Ziempe hay una pimeda ves.
—Y una última.
—Tú, como ziempe, tan optimizta. Edez como laz notisiaz.
—Y tú como un Pepito Grillo.
—Pedo he de deconosed que lo vaz a conzeguid.
—¿Qué?
—Llegad a loz mil pozt.
—Sí, este es el anterior. Mañana publicaremos el número mil.
—Eztadáz contento.
—Más que contento, satisfecho. Satisfecho y un poco preocupado.
—Vaya pod dioz. Contigo la disha nunca ez completa. ¿Y pod qué eztáz peocupado?
—Porque el tiempo se me pasa volando.
—¿Te acueddaz de cuando publicazte pod pimeda ves en Minizmiztedioz?
—No, pero hará unos seis años y ocho cuadernos, más o menos.
—¿Que Ede Se A lleva aquí zeiz añoz?
—No, tú llevas un poco menos.
—¿Y qué he zacao yo de to ezto?
—Tú sabrás, porque si te doy mi opinión seguro que te enfadas. Pero si te consuela, has sacado lo mismo que yo.
—Lo mizmo que ez na.
—Bueno, pero piensa que a lo mejor hemos arrancado alguna sonrisa, ¿no?
—Disez bien, adancado, podque tú tienez menoz gasia que la última ley labodal.


domingo, 20 de enero de 2013

Canción de la esperanza


Hoy dejo en el tintero a Erre C. A.
Hoy me gustaría manchar las cuartillas con borrones de esperanzas, aunque sean añejas. Pero en aquel 1976, Víctor Manuel tenía razón: “Es muy desigual esta partida de ajedrez, ellos tienen votos y el poder”.
Y la sigue teniendo: “Lo difícil es crecer”.
Me pregunto si ha cambiado algo entre mis catorce años y los cincuenta y siete que arrastro. Y no me respondo, sin que ello implique que defiendo lo indefendible: “Con un voto no cambiamos casi nada”.
Después de luchar, en mi modesta medida, por la Libertad, me he dado cuenta de Ella está presa en mi corazón; en el corazón de tanta gente...
Veo a mi hijo atrapado en el mismo sistema del que yo huí. Lo lleva mejor que su padre, acaso sea más maduro que yo. Acaso...
Veo también a mi hija privada del derecho a decidir. Inmersa en una partida de pinball en la que funge de bola. Son golpes por todos lados. Hasta se alegra de tener un trabajo menor, un trabajo de dos horas diarias para sacarse unos euros que yo he renunciado a ganar. Y como ella misma dice: soy una supuesta maestra. Desde luego que es un caso más, y no el peor. Pero estudiar veinte años para eso... Y lo peor, en lo que a mí se refiere, es que yo formé parte de ese entramado, de esa burocracia social y formal: “Estudia hija, si no, te vas a arrepentir”.
Y llegado a la tercera cuartilla, hecho en falta los borrones verdes de los que al principio hablé. Siempre me pasa igual cuando escribo. Me planteo hablar de tal y termino hablando de cual, de lo contrario.
Pero hoy me resisto a tirar la toalla y a renunciar al color verde. Y para ello me voy de Victor Manuel a Joan Manuel: “Hoypuede ser un gran día”. Aunque la diferencia está en el puede, la diferencia y la esperanza.

sábado, 19 de enero de 2013

Tabla periódica (56ª)

Hoy va de deporte de riesgo, el Golframio, más conocido como Wolframio:


viernes, 18 de enero de 2013

Palabras con vocación impropia (119ª)


Centésima decimonovena entrega.

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paraca. (Del quechua paraqa, de páraq, pluvial). f. Am. Viento muy fuerte del Pacífico.
paraca. (De paracaídas). m. coloq. Soldado paracaidista.
Ej.: Yo hice la mili de paraca.
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paradocente. adj. Chile. Perteneciente o relativo al personal auxiliar de la docencia. U. t. c. s.
paradocente. (De para, preposición y docente). m. Propio para profesores y catedráticos.
Ej.: Han eliminado las posiciones paradocentes.
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parafina. (Del lat. parum affīnis, que tiene poca afinidad; referido a su estabilidad química y a su escasa afinidad con el agua, con la que no se mezcla). f. Quím. Cada una de las sustancias sólidas, opalinas, inodoras, menos densas que el agua y fácilmente fusibles, compuestas por una mezcla de hidrocarburos, que se obtienen como subproducto de la destilación del petróleo. [...].
parafina. (De para, preposición y fina, deslgada). f. Propio para mujeres delgadas, en especial la ropa.
Ej.: Le regalé a mi madre un vestido, pero era parafina y no le sirvió.
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paralelo, la. (Del lat. parallēlos, y este del gr. παράλληλος). adj. Geom. Dicho de dos o más líneas o planos, y, por ext., de vías, cursos, superficies, etc.: Que al ser equidistantes entre sí, por más que se prolonguen no pueden encontrarse. [...].
paralelo, la. (De para, preposición y lelo). adj. Propio para tontos.
Ej.: Las especificaciones técnicas eran paralelas.
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paramar. intr. impers. Ec. Lloviznar.
paramar. (De para, preposición y mar). adj. Propio para navegar.
Ej.: Me han regalado un impermeable paramar.
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paramear. intr. impers. Ven. Caer una tempestad de nieve con viento o una ráfaga de viento y lluvia en el páramo.
paramear. (De para, preposición y mear). m. 1. Urinario. || 1. Pene en estado de reposo.
Ej.: Los parameares estaban asquerosos.
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parataxis. (Del gr. παράταξις, coordinación). f. Gram. Coordinación o yuxtaposición oracionales.
parataxis. (De parar y taxi). adj. Empleado de hotel cuya especialidad es encontrar y parar taxis para los clientes del propio hotel .
Ej.: Me hice un curso de parataxis y ni con esas encontré trabajo.
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parlamentar.  intr. Dicho de una o de varias personas: Hablar o conversar con otra o con otras. [...].
parlamentar. (De Parla, pueblo madrileño y mentar). intr. Referirse a Parla.
Ej.: Estoy harto de que parlamenten con lo de chuparla.
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parodia. (Del lat. parodĭa, y este del gr. παρδία).  f. Imitación burlesca.
parodia. (De parar y día). f. El día a día de un parado.
Ej.: Es triste la parodia.
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