Hemos llegado a una mentira tal, que los cuerpos femeninos que nos exponen como modelos a imitar en TV, cine, pasarelas, revistas y demás medios de promoción y de ex-presión, gustan más a las mujeres que a los machos. Donde estén unas buenas curvas que se quite la angulosidad. En esos ejemplos estéticos, sólo se salvan las tetas, pero también son fraudulentas. ¿Qué nos queda a los hombres? Seguir mintiendo sobre lo que nos gusta, mientras la anorexia gana terreno.
miércoles, 16 de abril de 2008
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