miércoles, 2 de abril de 2008

Los sufrimientos por la moda

—¡Glup! ¡Mendugo, mayudaz! ¡Glup! Meztoy poniendo modao.
—Pero, ¿qué haces, Erre C.A.? Te vas a ahogar, coño.
—¡Glup! Pod ezo tenez cayudadme. ¡Glup!
Le conseguí quitar la gargantilla.
—¡Hode! Cazi la diño, tío. Ufffffffffff.
—¿A quién se le ocurre? Te está pequeña. No sé como has podido ponértela.
—Ni yo. Ez que ze llevan azí. Zon la moda. Lo máz zuped guay. Pedo m’haz hesho daño en un oho.
—Pues la próxima vez llamas a Christian Dior.
—A Dio cazi le veo, pedo Diod yaztá morido.
—Pues a Hugo Boss. Y que te saque del apuro. Mira que eres presumido. ¡Tanta moda dañina, leche!
—Y tú mida quedes vulgadote. Pedo te debo una, mushasho.
«¿Una?», pensé.
—Queo que te voy a compad unoz leguiz negos pada tu cumple.
—Y yo para el tuyo un Wonderbra.
—Poz, la vedá con eztoz pestodales, no me esctaña que te venga a la cabesa un zuhetadod.
—Te has levantado con el ego por las nubes, ¿no?
—¿Pod qué?
—Por tus pectorales, por la gargantilla, por el trato que me das de mushasho —le imité—, por lo suficiente que te noto, por el regalo que no me vas a hacer…
—Ez que el qu’ez guapedas…

No hay comentarios: