… Su comentario provocó otro mío de una sola palabra y lo que Erre C.A. intentaba evitar. Una vez limpio volvimos a las uñas.
… —Erre C.A., me gusta que seas medio aseado, pero las danas, como tú dices, no usáis uñas.
… —Y ezo qué importa. Vozotro los hombez no tenéiz futuro y viviz —se desquitó de lo que le había obligado a hacer— . Toma la tohalla, me voy a mi dincón. Y no me baño pada ahodá agua, lizto de loz cohonez
… —Eso te pasa por hablar y pensar mal de los hombres.
… —Pedo tú nopinabaz que miz colladez edan la cauza de mi mal hablá, y no el efesto. A ved zi te acladas, amigo.
… —No, si yo claro lo tengo, otra cosa es que tú lo entiendas.
… Erre C.A. se fue de la habitación, pero protestando.
… —Y ensima me llama tonto. Que zi guado a medias, que zi dezuñado, que zi dedochón… Y ahoda tonto. Cualquied día m’hadto y no zé…
… —¿Te vas? —le pregunté alzando la voz.
Pero no me contestó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario