viernes, 14 de noviembre de 2008

¿Un Tampax o un diccionario?

—¿De aónde zacaz ezaz palabaz que tú llamaz con vocasión impopia?
—Del diccionario de la RAE.
—¿Y leez ezo? —me preguntó el rano un tanto sorprendido.
—Zí.
—Ho, tío. ¡Qué dado edez!
—¿Por qué? Es un libro...
—Pada conzultá —me cortó Erre C.A.
—Entre otras cosas.
—¿Y pada qué máz zidve? Vamoz a vé.
—Para aprender, para leer, para curiosear, para jugar, para resolver una duda, para conocer el origen de las palabras, para...

—Pada, pada. Pada ya de padaz. M’az convencido. Con un dissionadio se pué asé de todo, ez como zi te puziedaz un tampón pada la menztualidá.
—Vaya comparación, coleguita. Y se dice menstruación.
—Anda, tu dissionadio ez igual que un tampón: blanco, con una funda, con un ilito…
—Déjalo, anda —esta vez le corte yo—, que no sabes lo que dices.
—Clado, aquí zólo puedez opiná tú, que leez el dissionadio, ¿no? El entedao ezte. ¿Qué paza, que loz que no lo leemoz zomoz tontoz?
—Yo no he dicho eso.
—Pedo lo pienzaz qu’ez peó.
—¿Sabes lo que te digo? Que te eches un Tampax al bolsillo, y así otro día que te metan en chirona, sales con él.
—Anda qu’el dissionadio me va a zedví pada algo, no te hode. Y ensima con lo que peza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajaja q majo :)