Llegaron mis dos hijos justo en el momento que acababa de hacer la cena: costillas, tortilla de patatas, ropa vieja y algo más. Y había preparado incluso para que sobrara después de alimentarse media docena de individuos o individuas de buen comer. Y así, como el que no quiere la cosa, porque yo también quería participar del festín pero más tarde, dejé caer este comentario cargado de cierta ironía y de segundas intenciones: "Comer lo que os apetezca, pero no forcéis". Si bien debo aclarar que estas palabras iban dirigidas, más que a mis vástagos, a ese otro del que no participé en su procreación: Erre C.A.
… Poco más voy a contar, salvo que los tres estuvieron a la misma altura, que yo cené restos de comidas anteriores y que el comentario de los tres fue el mismo: "Yo no he forzado nada… Ni he comido postre". Bueno, miento, uno contestó: "Yo no he fodsado nada... Ni he comido pozte".
… A veces les odio.
… Poco más voy a contar, salvo que los tres estuvieron a la misma altura, que yo cené restos de comidas anteriores y que el comentario de los tres fue el mismo: "Yo no he forzado nada… Ni he comido postre". Bueno, miento, uno contestó: "Yo no he fodsado nada... Ni he comido pozte".
… A veces les odio.
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