Eran las 4 de la madrugada. Llevaba apenas unos minutos entre las sábanas cuando sonó el teléfono. Lógicamente, un timbrazo a esas horas tiene el mismo efecto que un telegrama hace cincuenta años: Malas noticias. Cogí el aparato lo antes que pude, maldiciendo y con el dedo meñique del pie izquierdo dolorido.
… —Dígame —contesté con tono preocupado.
… —¿Es usted el señor Mendugo? —preguntó una voz muy varonil con cierta sorna.
… —¿El señor Mendu...? —reaccioné a tiempo—. Sí, me imagino que sí —con el último sí dejé escapar la tensión y con el me imagino identifiqué al causante de la llamada, pensando a la vez que sólo hay una persona, por llamarla algo, que me llama así.
… —Verá usted, es que tenemos retenido en la comisaría a un… Cómo se lo diría yo… A un…
… —¿Un muñeco con forma de rano? —ayudé al presunto policía.
… —Eso… Sin papeles, que dice que usted responde por él. De ahí nuestra llamada.
… —¿Me está diciendo que ha detenido a Erre C.A. por no llevar o tener papeles?
… —Bueno, sí. Pero el dice que se llama Edesea.
… —Es que él habla… Bueno, que tiene un defecto al hablar —acorté para no líarla más—. Pero dígale que no abra más la boca.
… —Hombre, no es tan grave. No creo que se autoimplique en nada.
… —No, si no es por eso. Es que si la abre puede que le encierren por choricear joyas. Pero ahora soy yo el que está largando demasiado.
… —¿Responde o no responde usted por él?
… La situación era tentadora y la ocasión la pintan calva. Pero recordé su gesto de ayer, su beso, y me pudo más el corazón, como siempre.
… —Sí, sí, es de mi hijo —no aclaré que el pavo tiene veintiséis años—. Se lo trajeron de Marruecos —volví a mentir pero no del todo.
… —Es que mi compañero no falla, parece que huele a los moros sin papeles, aunque no lleven chilaba…
… —Pues dígale a su colega que afine el olfato y lo eduque para localizar delincuentes, sean del Magreb, de Nueva York o de la Banca. Y hablando del asunto de su llamada, ¿tengo que llevar la factura de compra? Se lo digo porque es un regalo y no la tengo.
… —No, no se preocupe, con que venga su hijo y nos firme una declaración jurada de que el muñeco ese ha sido importado debidamente, nos vale.
… —¿Y si yo le dijera que mi hijo tiene dos años? —propuse sin mentir.
… —Entonces, debe venir con él y con el libro de familia. Traiga también un testigo que dé fe de que su hijo es su hijo.
… —Pero, oíga, que son las cuatro y pico de la madrugada… —me quejé.
… —Las fuerzas del orden no entendemos de horas, caballero, y los delincuentes tampoco, señor mío. Si usted quiere que soltemos al rano, como usted dice, ya sabe lo que hay.
… —Pues va a ser que no. Es más, estoy dispuesto a jugarme lo que usted quiera a que a la hora del desayuno le sueltan, con o sin papeles y con o sin mi intervención.
… —Porque me pilla de servicio, si no, aceptaba la apuesta. Yo a éste no le suelto mientras esté de servicio.
… —Cuando el Comisario se dé cuenta de lo que come y habla el jodío muñeco, ya verá usted como le pone de patitas en la calle.
… —A mí nadie me echa a la calle, señor Mendugo —el nombre me sonó a insulto.
… —Me refería a que en cuanto se entere el Comisario pone de patitas en la calle al rano, al rano —insistí.
a… —Ah, bueno. Y Ahora que lo menciona, ya han tenido que sacarle tres palmeras de chocolate y dos minicurasanes de la máquina porque decía que tenía hambe —se regodeó el policía en la última palabra y yo en la de los curas pequeños sanos.
… —Eso no es nada, se lo aseguro.
….—Vamos a hacer una cosa, si entra usted en nuestra web y rellena el formulario AvaloalsinpapelesB14 sin omitir un campo, le soltamos.
… —Délo usted por hecho.
… —Pues en eso quedamos. Que tenga buena noche.
… "¡Sí, cojonuda, como los curasanos!", pensé aunque dije otra cosa.
… —Y usted buen servicio, caballero.
… Y ambos colgamos pensando que habíamos perdido una oportunidad de oro.
… —Dígame —contesté con tono preocupado.
… —¿Es usted el señor Mendugo? —preguntó una voz muy varonil con cierta sorna.
… —¿El señor Mendu...? —reaccioné a tiempo—. Sí, me imagino que sí —con el último sí dejé escapar la tensión y con el me imagino identifiqué al causante de la llamada, pensando a la vez que sólo hay una persona, por llamarla algo, que me llama así.
… —Verá usted, es que tenemos retenido en la comisaría a un… Cómo se lo diría yo… A un…
… —¿Un muñeco con forma de rano? —ayudé al presunto policía.
… —Eso… Sin papeles, que dice que usted responde por él. De ahí nuestra llamada.
… —¿Me está diciendo que ha detenido a Erre C.A. por no llevar o tener papeles?
… —Bueno, sí. Pero el dice que se llama Edesea.
… —Es que él habla… Bueno, que tiene un defecto al hablar —acorté para no líarla más—. Pero dígale que no abra más la boca.
… —Hombre, no es tan grave. No creo que se autoimplique en nada.
… —No, si no es por eso. Es que si la abre puede que le encierren por choricear joyas. Pero ahora soy yo el que está largando demasiado.
… —¿Responde o no responde usted por él?
… La situación era tentadora y la ocasión la pintan calva. Pero recordé su gesto de ayer, su beso, y me pudo más el corazón, como siempre.
… —Sí, sí, es de mi hijo —no aclaré que el pavo tiene veintiséis años—. Se lo trajeron de Marruecos —volví a mentir pero no del todo.
… —Es que mi compañero no falla, parece que huele a los moros sin papeles, aunque no lleven chilaba…
… —Pues dígale a su colega que afine el olfato y lo eduque para localizar delincuentes, sean del Magreb, de Nueva York o de la Banca. Y hablando del asunto de su llamada, ¿tengo que llevar la factura de compra? Se lo digo porque es un regalo y no la tengo.
… —No, no se preocupe, con que venga su hijo y nos firme una declaración jurada de que el muñeco ese ha sido importado debidamente, nos vale.
… —¿Y si yo le dijera que mi hijo tiene dos años? —propuse sin mentir.
… —Entonces, debe venir con él y con el libro de familia. Traiga también un testigo que dé fe de que su hijo es su hijo.
… —Pero, oíga, que son las cuatro y pico de la madrugada… —me quejé.
… —Las fuerzas del orden no entendemos de horas, caballero, y los delincuentes tampoco, señor mío. Si usted quiere que soltemos al rano, como usted dice, ya sabe lo que hay.
… —Pues va a ser que no. Es más, estoy dispuesto a jugarme lo que usted quiera a que a la hora del desayuno le sueltan, con o sin papeles y con o sin mi intervención.
… —Porque me pilla de servicio, si no, aceptaba la apuesta. Yo a éste no le suelto mientras esté de servicio.
… —Cuando el Comisario se dé cuenta de lo que come y habla el jodío muñeco, ya verá usted como le pone de patitas en la calle.
… —A mí nadie me echa a la calle, señor Mendugo —el nombre me sonó a insulto.
… —Me refería a que en cuanto se entere el Comisario pone de patitas en la calle al rano, al rano —insistí.
a… —Ah, bueno. Y Ahora que lo menciona, ya han tenido que sacarle tres palmeras de chocolate y dos minicurasanes de la máquina porque decía que tenía hambe —se regodeó el policía en la última palabra y yo en la de los curas pequeños sanos.
… —Eso no es nada, se lo aseguro.
….—Vamos a hacer una cosa, si entra usted en nuestra web y rellena el formulario AvaloalsinpapelesB14 sin omitir un campo, le soltamos.
… —Délo usted por hecho.
… —Pues en eso quedamos. Que tenga buena noche.
… "¡Sí, cojonuda, como los curasanos!", pensé aunque dije otra cosa.
… —Y usted buen servicio, caballero.
… Y ambos colgamos pensando que habíamos perdido una oportunidad de oro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario