domingo, 3 de agosto de 2008

Las tres patas del banco

Estoy algo molesto contigo, y eso que esta vez no tienes culpa ninguna.
—A ved zi lo entiendo. Yo no he hesho nada, como ziempe, pedo teno la culpa, como ziempe tambén.
—Así es.
—Ya. Pedo ezo no ez nuevo. Ez lo que viene acudiendo ente tú y yo dezde hase musho. Zin id máz lehoz: ¿t’acueddaz de la siztedna? Puez yo…
—Vale, vale. Con creces he pagado el malentendido.
—Me callo, podque zin hased nada ya me husgaz culpable…
—Te explico. Yo empecé este glog escribiendo sobre todo. Colgaba chistes, ocurrencias, cuentos, etcétera; pero de un tiempo a esta parte, tu figura ha monopolizado Minismisterios. Por eso estoy un poco molesto.
—Acabadamoz, Mendugo. Tenez seloz. El insipiente esquitó zupedado pod un dano, zimpático, pedo al fin y a la pozte un inzinificante dano.
—Tu ego sólo es equiparable a tu hambre.
—Ez que zoy un vadón adolezsente.
—Pues al comer y a la vanagloria solamente falta añadirle la tercera pata del banco.
—¿Cuál?
—El sexo.
—¿M’eztáz peguntando pod mi vida seczual? —me preguntó con un aire incrédulo—. Zedáz cotilla…
—Oye, eso te lo has inventado. Yo lo que quería hacerte notar es que si de hambre y ego vas sobrado, de lo otro…
—De lo oto, ¿qué?
—Nada, que no te veo yo ir por la vida como un gallo por un gallinero, tal como corresponde a la edad que dices tener. —Podque yo no teno quezta, tengo ancaz. Y, ademáz, mi vida pivada ez mía. Pobe, pedo hondao.
—Eso me temo, que es sólo tuya —quise ser ocurrente.
—C’agudo, el mushasho. Pedo no pienzo zoltá penda sobe eze azunto aunque me tidez de la lengua. Uno ez un caballedo —ahora sí le asomó a Erre C.A. el flequillo de la adolescencia y la cola de pavo.
—Ya... Uno un caballero y el otro un rano.
—Oye —cambió de conversación sin hacer caso de mi encubierta ironía—. ¿Pod qué no me metez ota ves en la siztedna?
—¿Pero no dices que casi te ahogo?
—Ya, pedo el zuflé eztaba dico dico.
—Vaya obsesión. Si lo sé te compenso con un bocadillo.
—No hubieda zido lo mizmo.
—Anda, vete a freír monas.
—Dezde luego tú no ibaz pa soólogo, Mendugo.

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