— Estoy algo molesto contigo, y eso que esta vez no tienes culpa ninguna.
… —A ved zi lo entiendo. Yo no he hesho nada, como ziempe, pedo teno la culpa, como ziempe tambén.
… —Así es.
… —Ya. Pedo ezo no ez nuevo. Ez lo que viene acudiendo ente tú y yo dezde hase musho. Zin id máz lehoz: ¿t’acueddaz de la siztedna? Puez yo…
… —Vale, vale. Con creces he pagado el malentendido.
… —Me callo, podque zin hased nada ya me husgaz culpable…
… —Te explico. Yo empecé este glog escribiendo sobre todo. Colgaba chistes, ocurrencias, cuentos, etcétera; pero de un tiempo a esta parte, tu figura ha monopolizado Minismisterios. Por eso estoy un poco molesto.
… —Acabadamoz, Mendugo. Tenez seloz. El insipiente esquitó zupedado pod un dano, zimpático, pedo al fin y a la pozte un inzinificante dano.
… —Tu ego sólo es equiparable a tu hambre.
… —Ez que zoy un vadón adolezsente.
… —Pues al comer y a la vanagloria solamente falta añadirle la tercera pata del banco.
… —¿Cuál?
… —El sexo.
… —¿M’eztáz peguntando pod mi vida seczual? —me preguntó con un aire incrédulo—. Zedáz cotilla…
… —Oye, eso te lo has inventado. Yo lo que quería hacerte notar es que si de hambre y ego vas sobrado, de lo otro…
… —De lo oto, ¿qué?
… —Nada, que no te veo yo ir por la vida como un gallo por un gallinero, tal como corresponde a la edad que dices tener.… —Podque yo no teno quezta, tengo ancaz. Y, ademáz, mi vida pivada ez mía. Pobe, pedo hondao.
… —Eso me temo, que es sólo tuya —quise ser ocurrente.
… —C’agudo, el mushasho. Pedo no pienzo zoltá penda sobe eze azunto aunque me tidez de la lengua. Uno ez un caballedo —ahora sí le asomó a Erre C.A. el flequillo de la adolescencia y la cola de pavo.
… —Ya... Uno un caballero y el otro un rano.
… —Oye —cambió de conversación sin hacer caso de mi encubierta ironía—. ¿Pod qué no me metez ota ves en la siztedna?
… —¿Pero no dices que casi te ahogo?
… —Ya, pedo el zuflé eztaba dico dico.
… —Vaya obsesión. Si lo sé te compenso con un bocadillo.
… —No hubieda zido lo mizmo.
… —Anda, vete a freír monas.
… —Dezde luego tú no ibaz pa soólogo, Mendugo.
… —A ved zi lo entiendo. Yo no he hesho nada, como ziempe, pedo teno la culpa, como ziempe tambén.
… —Así es.
… —Ya. Pedo ezo no ez nuevo. Ez lo que viene acudiendo ente tú y yo dezde hase musho. Zin id máz lehoz: ¿t’acueddaz de la siztedna? Puez yo…
… —Vale, vale. Con creces he pagado el malentendido.
… —Me callo, podque zin hased nada ya me husgaz culpable…
… —Te explico. Yo empecé este glog escribiendo sobre todo. Colgaba chistes, ocurrencias, cuentos, etcétera; pero de un tiempo a esta parte, tu figura ha monopolizado Minismisterios. Por eso estoy un poco molesto.
… —Acabadamoz, Mendugo. Tenez seloz. El insipiente esquitó zupedado pod un dano, zimpático, pedo al fin y a la pozte un inzinificante dano.
… —Tu ego sólo es equiparable a tu hambre.
… —Ez que zoy un vadón adolezsente.
… —Pues al comer y a la vanagloria solamente falta añadirle la tercera pata del banco.
… —¿Cuál?
… —El sexo.
… —¿M’eztáz peguntando pod mi vida seczual? —me preguntó con un aire incrédulo—. Zedáz cotilla…
… —Oye, eso te lo has inventado. Yo lo que quería hacerte notar es que si de hambre y ego vas sobrado, de lo otro…
… —De lo oto, ¿qué?
… —Nada, que no te veo yo ir por la vida como un gallo por un gallinero, tal como corresponde a la edad que dices tener.… —Podque yo no teno quezta, tengo ancaz. Y, ademáz, mi vida pivada ez mía. Pobe, pedo hondao.
… —Eso me temo, que es sólo tuya —quise ser ocurrente.
… —C’agudo, el mushasho. Pedo no pienzo zoltá penda sobe eze azunto aunque me tidez de la lengua. Uno ez un caballedo —ahora sí le asomó a Erre C.A. el flequillo de la adolescencia y la cola de pavo.
… —Ya... Uno un caballero y el otro un rano.
… —Oye —cambió de conversación sin hacer caso de mi encubierta ironía—. ¿Pod qué no me metez ota ves en la siztedna?
… —¿Pero no dices que casi te ahogo?
… —Ya, pedo el zuflé eztaba dico dico.
… —Vaya obsesión. Si lo sé te compenso con un bocadillo.
… —No hubieda zido lo mizmo.
… —Anda, vete a freír monas.
… —Dezde luego tú no ibaz pa soólogo, Mendugo.
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