… —Zoy de tapo, decuedda.
… —Perdona, pero entenderás que me cueste asumirlo.
… —¿Qué tenez c’azumí?
… —Que seas un muñeco y te trate como a una persona.
… —Ezo ez lo que tú disez.
… —¿El qué, que seas un muñeco?
… —No, lo oto, que me tataz como una pedzona.
… —¡Vaya que no!
… —¿Tú tataz a toda la hente como a mí mizmo?
… —Más o menos.
… —¿Y te vuelven a hablá?
… —No toda, graciosín.
… —Poz yo queo que me pinshaz máz que eztoz alfidedez de tu shica. Toma, pueba tú, a ved zi tenemoz zuedte.
… —Y me desangro, ¿no?
… —Yo, podque eztéz máz asicalado, zoy capá de cualquied coza.
… —Hasta de matarme, ¿no?
… —No, hombe, no. ¿Cómo iba yo a ezpudgad miz pecadoz zin ti?
… —Si eso es lo que quieres, te puedo conseguir un cilicio.
… —¿Un silisio? ¿Y ezo que ez lo que ez?
… —Una correa con pinchos por dentro para abrocharla alrededor del muslo, por ejemplo.
… —Tú eztáz tonto, Mendugo. M’acabaz de peguntá que zi no me pinsho con el alfiled y ahoda me zalez con éztaz. Tú eztáz mayó, pedo que muy mayó, tío.
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