miércoles, 25 de junio de 2008

El escritor

—No te veo ezquibí ni leé musho últimamente.
—¡Y a ti qué te importa!
—Que zi no le dad a la pluma yo me voy al gadete.
—Vamos, que yo te importo lo mismo que a mí.
—Al padesé una miaha máz.
—Ya me extraña. Pero para bien tuyo y de tus tripas he cambiado el despacho por la cocina.
—Antez loz hasíaz compatiblez.
—Antes me creía capaz de todo, como tú. De boquilla.
—¿Quiedez quesquiba yo? Zé. Menzeñó mi made.
—No, déjalo. No sea que tanto esfuerzo pueda con tú salud y des en cama.
—Yo ez que en vedano me apago musho.
—Y en invierno no te enciendes.
—Poz tú, cada ves te padesez máz a mí.
—Mira, ése es un buen motivo para intentarlo otra vez.

No hay comentarios: