martes, 3 de abril de 2012

Las obligaciones que se pagan con un beso

—¿Hoy no ezquibez, Mendugo?
—No, de momento no.
—¿Y ezo?
—Mira, ayer me acosté a las cuatro de la mañana, me he levantado a las nueve, he ido a comprar unos olvidos, repollo y el pan, he hecho un cocido y me siento ahora mismo que son..., que es..., la una y media. Y todavía me falta rematar el cocido.
—¿T’eztáz quehando?
—Pues no lo sé, en principio sólo pretendía contarte el motivo por el que no me he puesto a escribir. ¿Y tú qué has hecho en toda la mañana?
—Nada, y zi Ede Se A hubieda nasido con fafadique ze lo había eztado tocando.
—Jo, pues no sabes la suerte que tienes.
—¿Pod no tené fafadique?
—No, por tener la posibilidad de tocártelo.
—Oye, oye, que llevo ezpedando  toda la mañana, y lo que me queda, pada podé comedme eze cosido. Cosido que otoz no han dematado todavía. Gasiaz a mí ze acaban todoz loz cosidoz que hasez.
—Muchas gracias por tu sacrificio, pero podías acabar también el repollo.
—No me guztan laz cozaz doblez. Pedo de nada, que pod musho que uno haga ni ze lo pagan ni ze lo agadesen. Que no me acabo el depollo, dise... No te daz cuenta que edez tú el que impone laz nodmaz y loz ditmoz.
—Lo siento, pero no me había dado cuenta. Tendré que corregir mi tendencia al absolutismo.
—Vaya, me alego que tomez eze camino, dishe musho de ti. ¿Y cuánto falta pada comé?
—Una hora, más o menos.
—¿Me da tiempo a eshadme una minizieztuqui?
—Tú sabrás. Pero este año es bisiesto, no trisiesto.
—Vaya, todo lo eshamoz en cada.
—Me gustaría saber de dónde sacas tantas ganas de dormir.
—Del mizmo zitio que laz ganaz de comé.
—¿Y las de trabajar?
—Ezaz no laz encuento, pedo baztante tabahadon mi made y mi pade pada zacadme adelante.
—Los míos también.
—A mí no me quiadon tuz padez, azi que no mientaz, que yo eztaba allí.
—Venga, que tengo que rehogar el repollo y cocer los fideos.
—Zi ez que te guzta musho pegá la heba, y dehamoz de hasé laz obligaciones.

The Tedminatod of the cosidoz
De esta conversación saqué la conclusión de que me estaba equivocando en algo, que estaba haciendo algo mal, y no era precisamente el cocido. Pero como dice el rano: mis obligaciones son mis obligaciones. 


1 comentario:

Crul dijo...

Muy a tono la taza, jeje.