—Que no. Que tienes cuatro años,
lechugas.
—No, codiho: hase cuato añoz que me
conosez.
—Y uno que ejerciste de renacuajo, cinco. No
te doy más.
—Pada lo que vivimoz laz danaz eztoy en el
ecuadod de mi vida, en zu mehó momento, en la mehó edá. Y m’apetese musho
maneha un coshe.
—Y si nos pillan, ¿qué?
—Yo queía que te peocupaba lo contadio.
—¿Y qué es lo contrario?
—Que pillemoz nozotoz a alguien. Penzá
ezo zedía lo lógico.
—También.
—No, zi me modidé zin zabé lo que ziente
Fednando Alonzo...
—Ni lo que siente Rafa Nadal, ni lo que
siente Andrés Iniesta, ni lo que siente el cocinero de la Duquesa de Alba., ni
lo que...
—Vale, pada ya, pezao. En lo tocante a
metedte conmigo no tienez feno. Ay —suspiró el rano—, si yo pudiera tidad de
feno y padad el coshe dedapando...
—Tú has visto muchas películas, ¿no?
—Todaz laz que he podido. A ved, zi me
daz una dasón de pezo te deho de da la mataca.
—¿Estás seguro de que quieres oírla?
—Zí. Ez máz, la eziho.
—No es una razón de peso.
—¿Ah, no? Ya desía yo.
—No. Es una razón de altura.
—Me da lo mizmo, ez una forma de hablá.
—Me da lo mizmo, ez una forma de hablá.
—Para ti. Yo estoy hablando sin metáforas ni subterfugios.
—Zuelta ya tu dasón.
—Ya la he dicho. ¿O no lo entiendes?
—¿Qu’ez lo que no entiendo?
—Que es por la altura.
Emedzon Fittipaldi Se A |
—No me peocupa. Tú m’aupaz y ya eztá.
—Que no, que no es por la altura del
coche, es por la tuya.
—Yo cabo pedfestamente en tu coshe. ¿O
ez que no he ido ya mushaz vesez?
—No tantas.
—Bueno, como tú quiedad. Eze no ez el
azunto. Pedo queda demoztado que Ede Se A no tiene poblemaz pada entá y zalí de
un vehículo con duedaz.
—¿Y qué me dices de los pedales?
—¡No hodobez que tu coshe va a pedalez!
Tú m’engañaz. No me mientaz que yo t’he vizto depoztad en la gazolineda. Tiene
motod.
—Y pedales.
—Pod zi ze le acaba el cadbudante, no te
digo.
—Que sí, que tiene tres. Tu has
mencionado uno, el freno. Luego están los pedales del acelerador y del
embrague.
—¿O zea que condusí no ez zólo manehá el
volante?
—Ni mucho menos. Es un poco más
complicado hasta que mecanizas todos los movimientos, hasta que te integras con
todos los mandos. Eso sin olvidar que la visión de todo tu entorno es
importantísimo, y tú...
—Vale, m’haz convencido, pedo en laz
pózimaz fieztaz del pueblo m’invitaz a loz coshez de shoque.
—Esos también tienen pedales.
—Codiho: zólo tienen uno. Ezo zí que lo
zé. Ponez una pieda y a rodá.
Imagen bajada de www. cnplaygrounds.es
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