Estoy seguro de que si preguntáramos a todo el mundo sobre su aspiración en él, la mayoría contestaría algo relacionado con la felicidad, ser feliz. Pero creo yo que esta es otra de las mentiras ecuménicas, como esa otra que oímos a nuestros dirigentes cuando hablan de nosotros y aquello que más les importa. Si no, no es posible que nos metamos en tantos berenjenales, de los que salimos a duras penas, salvo los que reciben un premio tipo Euromillones. Y aunque muchos (ojalá) me criticarán y defenderán que el dinero y la felicidad no tienen porqué ir de la mano (otra mentira universal), todos sabemos que un pelotazo de la ONCE nos haría felices. Y lo afirma un agricultor que teme más al dinero que a un nublao, y que razones tiene para ello. El dinero (el poder) debería estar racionado, que dispusiéramos de él sólo para huir de la pobreza, y no para regodearnos en lujos que únicamente alimentan nuestro ego y miserias.
viernes, 7 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario