lunes, 5 de noviembre de 2007

Un recuerdo

Hoy me llega, como una brisa triste, un recuerdo fresco.
..........Se ha quedado conmigo unos instantes, los suficientes para romper mi rutina.
..........Tuve un amigo que murió (los del barrió dijeron que de leucemia).
..........He perdido su nombre entre los cuarenta años que le sobrevivo. Acaso Rubén, pero da igual, porque mi barrio tampoco existe. Se mantiene en mi mundo por las mismas razones que el supuesto Rubén. Él fue de tez morena, pelo excesivamente negro. Fue vecino de Olavide, yo lo fui de Chamberí, y en la calle Trafalgar nos conocimos. Yo bajaba por Manuel Cortina, cruzaba Luchana, andaba la calle Garcilaso y llegaba a mi destino por su calle, Alburquerque. Aquel pastor alemán…, aquella ferretería que hacia esquina…, aquel no mirar para cruzar, aquel portal atragantado de escaleras y humedad… Huía de la placita (plaza de Chamberí), donde me hice niño, por eso mismo, por serlo y por no querer serlo. Hoy, que aún lo soy, quisiera entender las ausencias como antes, quizás porque el presente tiene menos futuro. Rubén se fue y en aquel tiempo no dejó un hueco entre nosotros. Otros lo llenaron. Los niños no recuerdan, no tienen qué.

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