miércoles, 21 de noviembre de 2007

Un recuerdo para Giuseppe

Han pasado cinco días desde que nos comunicaron la muerte de Giuseppe. Y como no es (era) un personaje cotidiano, no me he vuelto a acordar de él hasta hoy. Lo cierto es que todo queda en el recuerdo, todo vuelve a ser presente. Con o sin demencia senil, en un momento dado, se regurgita el ayer. Te pongas como te pongas es imposible prescindir de la edad. Otra cosa es que lo usemos para beneficio propio o común. Sería demasiado sencillo, y tenderíamos a una perfección inconcebible para el ser humano. Giuseppe me enseñó que en mi interior late un niño, a no sentir vergüenza cuando un cincuentón acaricia un muñeco de peluche, que la imaginación no tiene límites, etc. Me las enseñó, bien es verdad, porque yo soy capaz de pensar, de sentir, de admitir cualquier posibilidad, y eso no se lo debo a él, está claro. Tampoco el jodío leoncito es cosa mía (es made in Mundo Picho) , ni siquiera fue ni es importante; no ha marcado ni un antes ni un después en mi vida.
Pero ha sumado y no habrá otro muñeco como él, sin negar que esto está lleno de muñecos que pretenden protagonismo y fama. Los unos inventando documentos y razones para imponer su hegemonía, que si no hubiera influido en la vida y en la muerte de otros sería una novela aceptable y no una MENTIRA más que demostrada. Otros, y sin querer comparar, recurren al alarido periodístico, a la trasgresión de los límites de la libertad de información, a la vida privada de otros muñecos que zarandean para ver si cae un notición que les permita protagonizar un anuncio televisivo. Y todos recurren al mismo argumento: “Es mi trabajo, y ellos se lo han buscado”. En cuanto a lo primero, nada que objetar (aunque yo les recomendaría que se dedicaran a otra cosa). En cuanto a lo segundo, y por ahí traigo a cuento a Giuseppe y a los estos otros muñecos, a lo de “ellos se lo han buscado”, me parece un argumento pueril (pueril como infundado y fútil, no como infantil), amén de que juzgar ha de hacerse, si toca, sin pertenecer a ninguna de las partes. Como veréis, muñecos hay muchos, pero Giuseppe es otra cosa, porque en el peor de los casos nos trasmite indiferencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como?que estan leyendo mis ojossss, no puedo creerlo!!!!giuseppe ha muerto y yo que soy su madre, la que lo saco de aquella estanteria para una vida mejor..., no se ha enterado.....nadie me ha comunicado la triste noticia.....no se si podré soportarlo...., ni siquiera tuve la oportunidad de coserle ni lavarle por ultima vez.....buaaaaaaaaaaaaaaa :( No se si os lo podré perdornar pichos mios.....