viernes, 16 de febrero de 2007

Me enteré ayer

Me entero ayer —siempre hay uno— por la televisión —doble alegría— que las causas de las guerras referidas a intereses económicos son las menos. Que los orígenes de muchas de ellas son, las más de las veces, hijas de la necesidad de clasificar a nuestros congéneres, menester que solo la especie humana trabaja. Podía haberlo pensado yo solito, ¿no? Y no es que crea todo lo que oigo acompañado de imágenes; mas, habiendo tenido estrecho tiempo para pensar sobre el negocio este del te mato porque no eres de mi grupo y tú a mí no, porque estás muerto, con esta nueva luz, llego a conclusión factible: hasta ahora, clasificar a las personas, acto más que reflejo, lo había considerado, si no inocuo, sí cotidiano; ajeno al riesgo contaminante de la violencia. Y lo traigo a colación pues parece que va llegándome la hora —que ya está bien— de arrancarme tópicos y eslóganes ambidiestros de la sesera. Nunca es tarde para aprender y ensanchar las propias y extrañas miras. Hoy, mejor aseado de conciencia y menos autómata, me noto un poco —solo un poquito— más libre y ágil para apreciar lo que me rodea. Hoy me siento un poco menos blanco, menos occidental, menos madridista, menos señor mayor, menos padre, menos poeta muerto, menos macho, menos melenas, menos mano de obra, menos madrileño, menos español, menos europeo... Que sea para bien, mío y de todos los colchoneros, vascos, árabes, adolescentes, hijos, hembras, potentados, poderosos, aldeanos... Y sigo sin resolver mi aversión a pertenecer a club alguno, ¿será que soy un inadaptado? Será, mejor, seremos.

1 comentario:

rotulowcost.es dijo...

He visto que ne Cosoquetecoso hablaban de tu blog, por eso decidí pasar.
Debo decir que, me ha gustado, esta lleno de sentimiento.
Si abrís una tienda, será interesante incorporar unos rótulos económicos para publicitar el negocio. Os espero en mi Web.