A veces, la vida aprieta el paso y hay que seguirla. Conviene a saber que el movimiento, aun frenado, genera inercia. No se trata de apearse, que para salirse de cualquier rueda tiempo hay. O te agarras o te caes, aunque, después de un traspiés sin caída se avanza el doble. Pase la prisa, pase el agobio, pero que no pase sin que el personal piense. Vivir es aprender, mas no se vive para ello. Otras veces, la vida aprieta el paso y hay que dejarla ir. Vivir también es imaginar.
viernes, 8 de junio de 2007
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