Cuando se dan estas coincidencias, uno siempre piensa que se podía haber metido el lápiz por el culo. Me refiero a mi último chistecito y a la matanza acaecida en la Universidad Politécnica de Virginia (EEUU). Ser oportuno es una virtud, ser inoportuno una putada. Pero a lo que importa, sin entender cómo funcionan las mentes que aún hoy defienden la libre circulación de material bélico, aplico la misma justicia lógica y humana para defender la abolición de la pena capital: basta un error para no aplicarla. Se me pasará, como otras veces, pero, desde que conocí la noticia, siento cierta repugnancia por convivir con gente que usa los derechos para hacer negocio, y con otra, que viendo lo que pasa, pasa de ello, bien por miedo, por un puñado de dólares o por un puñado de votos.
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